Varios cientos de personas se congregaron hoy en el cementerio de Mítino, a las afueras de Moscú, para rendir homenaje a los bomberos que hace 30 años dieron su vida para sofocar el incendio provocado por el accidente nuclear en la central ucraniana de Chernóbil.
El lugar acoge un monumento conmemorativo así como las tumbas de 28 bomberos, las primeras víctimas de la catástrofe, que están cubiertas por gruesas planchas de plomo debido a que recibieron altísimas dosis de radiación que les causaron la muerte días después.