Eduardo Medrano, conocido como «Turulato«, en su corazón de niño por los años de entrega como payaso pensó que después que un incendio acabara con su humilde vivienda, quedaría con una mano adelante y la otra atrás, pero afortunadamente no fue así.
Piedras canteras, arena, cemento y hierro rodeaban su morada donde ayer todo pintaba negro.
La Alcaldía de Managua a través de los delegados fueron los primeros en ayudar a estas humildes personas que hasta se ganan la vida recorriendo las calles vendiendo eskimo.
Turulato cuenta que solo se quedaron con la ropa que andan puesta y por esta sencilla razón piden a la población le colabore con camas, cocina y algunas sillas en que sentarse.
La casa está ubicada de la entrada principal al Hospital Alemán, dos cuadras arriba, en el barrio Oswaldo Manzanares.