El recientemente elegido presidente izquierdista de El Salvador enfrenta una fuerte oposición de la derecha del país, que llegó a cuestionar la legitimidad de la ley electoral que ellos mismos aprobaron cuando gobernaban la nación, según un experto.
Después del escrutinio definitivo, el Tribunal Supremo Electoral Nacional de El Salvador concluyó que por una diferencia de más de 6.000 votos las elecciones presidenciales salvadoreñas fueron ganadas por el candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, Salvador Sánchez Cerén. Con la victoria, Cerén será el primer exguerrillero en ocupar la máxima silla de El Salvador y uno más en América Latina, junto con los actuales mandatarios Daniel Ortega, José Mujica y Dilma Rousseff.
En tanto la derecha del país presentó un recurso de nulidad ante el organismo electoral, que prometió analizarlo. En este sentido, los políticos de derecha están cuestionando una ley que ellos mismos aprobaron cuando estaban en el poder, afirma Marcos Rodríguez, exsubsecretario de Transparencia del Gobierno. Explica que el propósito es afectar la legitimidad del gobierno electo y desgastarlo incluso antes de que asuma el puesto.
Esta situación «puede afectarlo tanto con respecto a la credibilidad del funcionamiento del sistema democrático, como en cuanto a la desconfianza que tenga la ciudadanía con respecto a que el sistema político puede funcionar adecuadamente», concluye Rodríguez.