Familiares y compañeros de varios militares salvadoreños requeridos por la justicia española marcharon el jueves para pedir su liberación y evitar que sean extraditados tras ser acusados del asesinato de seis sacerdotes jesuitas durante la guerra civil del país centroamericano.
La policía detuvo este mes a cuatro de los 17 militares cuya captura y extradición pidió el juez español Eloy Velasco en enero, reviviendo uno de los episodios más polémicos del largo conflicto interno entre la guerrilla izquierdista y las Fuerzas Armadas que dejó más de 75.000 muertos y 8.000 desaparecidos.
Cientos de personas, entre familiares, militares retirados y otros defensores de los uniformados, desfilaron por las calles de El Salvador vestidos de blanco y ondeando banderas nacionales para denunciar la «injerencia judicial» de España en los asuntos internos del país.
«Queremos entregar una carta dirigida al juez Eloy (Velasco) y al Reino de España para que hagan valer nuestra soberanía, que respeten nuestro pueblo, que respeten nuestras instituciones, que respeten nuestra constitución, nuestros ciudadanos y nuestro Ejército», dijo Juan Orlando Zepeda, hijo del homónimo ex viceministro de la Defensa, uno de los acusados.
De acuerdo con la policía salvadoreña, otros 12 militares se encuentran prófugos y uno más está detenido en Estados Unidos a la espera de ser extraditado a España.
Los uniformados son acusados de integrar un comando militar de ultraderecha que en 1989 atacó el campus de la Universidad Centroamericana (UCA), acribillando a los religiosos, cinco de ellos españoles, una empleada doméstica y su hija.