En la víspera del primer aniversario del atentado que diezmó la redacción de Charlie Hebdo, el semanario satírico publica este miércoles un número especial. En esta portada se muestra el dibujo de un dios con un fusil de asalto al hombro y la leyenda «el asesino sigue suelto».
Y es que Charlie Hebdo, «periódico de combate divertido», debe estar «donde los otros no osan ir», afirma el dibujante Riss, uno de los miembros de la redacción que sobrevivió al atentado hace un año y ahora su director.
Protegido por cinco guardaespaldas, Riss cuenta con orgullo cómo los supervivientes lograron hacer renacer el semanario, que los yihadistas creían muerto. «Un periódico de combate, pero un combate divertido, disparatado», especialmente en pro del laicismo.
La prueba es la aparición este miércoles de un número aniversario, más ateo y satírico que nunca, y con una tirada de un millón de ejemplares. En su portada, un dios asesino, que corre con un fusil de asalto al hombro, así como un editorial de defensa del laicismo.
«Charlie Hebdo no renuncia a nada», constata el diario Le Parisien. «Decididamente, nos guste o no, ellos son Charlie». «Un año después del crimen, podemos estar seguros al respecto: contra los devotos, los fanáticos, los arrodillados, los conformistas y los dogmáticos, Charlie vivirá», recalca el director del diario Libération, Laurent Joffrin, que albergó en su redacción al equipo del semanario después del atentado.
La aparición de este número especial no provocó la avalancha de público hacia los quioscos registrada al salir el «número de los supervivientes» después del atentado, que tuvo una difusión histórica de siete millones y medio de ejemplares.
En la época, la consigna «Yo soy Charlie» se enarbolaba en el mundo entero para condenar el atentado y defender la libertad de expresión.