Este sábado en China honraron a las víctimas del alud ocurrido el pasado domingo en la ciudad de Shenzhen (sur), al tiempo en que se preparan para reforzar las medidas de prevención, tras descubrirse el origen del accidente que respondió a causas de seguridad y no a un desastre natural.
De acuerdo con la tradición del país asiático, el momento de recordar a los fallecidos llega en el séptimo día de su partida, por lo que suspendieron la búsqueda en horas de la mañana, para poder realizar el acto.
Centenares de vehículos desplegados para retirar los escombros hicieron sonar sus bocinas y todo el personal que se encontraba en la zona guardó tres minutos de silencio.
Las autoridades locales y algunos trabajadores realizaron también una ofrenda floral en el lugar del alud y se inclinaron como señal de respeto. Una vez que termine el recordatorio, se retomarán los trabajos de búsqueda en aras de encontrar los restos de las 75 personas que, según los últimos datos, siguen sin ubicarse.
Contexto
El desprendimiento ocurrido el pasado 20 de diciembre en una montaña de escombros adjunta a un parque industrial de Shenzhen dejó enterrada una superficie de 380 mil metros cuadrados.
En total, el siniestro afectó a 33 edificios, entre fábricas, edificios de oficinas, restaurantes, inmuebles de dormitorios y construcciones de baja altura.
El dispositivo de salvamento recibió una señal de esperanza cuando rescató, el pasado miércoles, a un joven que permaneció 67 horas atrapado en un agujero bajo ocho metros de escombro.
Ese día, cuando se agotaba el periodo de 72 horas que los expertos consideran crucial para encontrar a los desaparecidos con vida, se recuperaron también cuatro cadáveres.