Los presidentes que participaron el lunes en la capital paraguaya de la cumbre 49 de mandatarios del Mercosur expresaron su preocupación por las consecuencias negativas del terrorismo en Siria y por el problema mundial de las drogas.
Un comunicado conjunto distribuido tras la conclusión de la reunión, señaló la preocupación «por el efecto desestabilizador de la crisis, la ideología extremista en apoyo del terrorismo y el progresivo deterioro de la situación humanitaria».
Los jefes de Estado «reconocieron la importancia de la implementación de mecanismos concretos tales como facilitación de visados, rápidas soluciones de reconocimiento de la condición de refugiado, programas de reasentamiento y el apoyo directo a operaciones de atención a víctimas del desplazamiento».
Entre otros temas, el documento final indicó que el «problema mundial de las drogas debe ser abordado bajo el principio de responsabilidad común y compartida, con un enfoque integral, multidisciplinario, sostenible y equilibrado, con base en el respeto a los Derechos Humanos, las especificidades de cada país».
Se condenó, además, «la aplicación de la pena de muerte para los delitos relacionados con drogas«, advirtiendo «la importancia de evitar la estigmatización, la marginalización y la discriminación de los consumidores de drogas«.
En la cumbre intervinieron los presidentes Mauricio Macri de Argentina, Dilma Rousseff de Brasil, Horacio Cartes de Paraguay, Tabaré Vázquez de Uruguay, y la canciller venezolana Delcy Rodríguez en representación de mandatario Nicolás Maduro.
Michelle Bachelet de Chile y Evo Morales de Bolivia asistieron como líderes de naciones adherentes, y Moses Bagamootoo, primer ministro de Guyana como invitado.