Nacer en Siria no fue impedimento para que 72 personas consiguieran una partida de nacimiento en Brasil: una banda desmantelada esta semana por la policía brasileña alteró registros y los incluyó como nacidos en el país, permitiéndoles sacar pasaportes sin levantar sospechas.
La trama estaba liderada por Ali Kamel Issmael, un sirio de 71 años con visa de residente permanente en Brasil. Con la complicidad de dos funcionarios del registro, Issmael logró que páginas de los libros de certificados de nacimiento producidos entre 1960 y 1970 fueran arrancadas y sustituidas con las nuevas identidades, informó la estatal Agencia Brasil.
La mayoría de estos 72 «sirios brasileños«, registrados entre 2012 y 2014, pudo sacar sin problema el documento de identidad, la credencial de elector y el pasaporte.
Brasil tiene una generosa política migratoria hacia los refugiados sirios y ha acogido a 2.097 de ellos desde que comenzó la guerra civil en 2011. Pero muchos de los sirios que llegan al país no encuentran trabajo debido a la recesión económica, no hablan portugués y solo quieren marcharse a Europa.
La policía civil de Río de Janeiro, que lideró la investigación durante ocho meses, sospecha que muchos de los «sirios brasileños» ya no están en el país, porque tan sólo 39 tienen el documento fiscal, obligatorio en Brasil hasta para la más mínima transacción. La televisión Globo informó que 17 pidieron visa para entrar a Estados Unidos con los documentos falsos.
«Estamos trabajando para saber su paradero (…), no podemos descartar el apoyo de Interpol para localizarlos», explicó a Agencia Brasil el comisario Aloysio Falcão, responsable de la investigación.
El caso puso en evidencia la vulnerabilidad del sistema brasileño y creó una nueva preocupación en seguridad, de cara a los Juegos Olímpicos de Rio-2016.
«La seguridad nacional está en juego», dijo Falcão, e informó que la policía ya pidió la cancelación de los pasaportes.
La policía civil no respondió a los llamados de la AFP.
El líder de la banda y los otros dos exfuncionarios fueron acusados de asociación para delinquir y falsificación de documento público, mientras que los sirios responderán sólo por el último cargo.
Sólo fue detenida la esposa de Issmael, Basema Alasmar, que figura en la lista de 72 y mostró los documentos falsos.