El gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, ordenó el martes a los soldados de la Guardia Nacional permanecer en la frontera con México, lo que extiende una vez más una misión que inició en 2014 cuando niños migrantes sin acompañantes adultos empezaron a cruzar a Estados Unidos y que ahora continuará debido a otra oleada de arribos.
Hasta 1.000 soldados armados patrullaron el Rio Grande Valley durante el auge de lo que la Casa Blanca llegó a llamar una «crisis humanitaria» de niños que arribaron solos a la frontera de Texas. Los funcionarios militares que previamente se rehusaron a indicar públicamente una fecha de finalización del despliegue dijeron tras el anuncio de Abbott que se suponía que diciembre sería el final de la una misión de cerca de 18 meses.
Ni Abbott ni la Guardia Nacional en Texas indicaron la nueva fecha en que los soldados irían a casa. El teniente coronel Travis Walters tampoco reveló cuántos soldados permanecerían en la frontera, pero aclaró que no aumentarán la cifra actual.
Abbott emitió la orden en respuesta a las cifras de la Patrulla Fronteriza que muestran que más de 10.000 niños sin acompañante cruzaron a Estados Unidos durante octubre y noviembre, lo que representa el doble de cruces que en los mismos dos meses del año pasado. El repunte ha causado que funcionarios federales abran dos albergues en Texas y uno en California.
«Texas no permanecerá inactivo frente a este reto», dijo Abbott. «No seremos victimizados como estado por la respuesta apática del gobierno federal en cuanto a la seguridad fronteriza».
La crítica es similar a la que el ex gobernador de Texas Rick Perry realizó el año pasado cuando hizo el primer anuncio del despliegue. Perry comentó en ese entonces que enviaba a soldados de la Guardia Nacional porque los agentes de la Patrulla Fronteriza estaban demasiado ocupados como para vigilar la frontera. En meses recientes, sólo unos cuantos cientos de soldados de la Guardia Nacional han permanecido mientras la misión se acercaba a su fin.
Walter dijo que los planes de que todos los soldados regresaran a casa para finales de diciembre ya habían sido establecidos pero no especificó por cuánto tiempo.
«Esto era un plan tentativo para nosotros», explicó.
Durante una visita a la frontera de Texas el martes, el Comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, R. Gil Kerlikowske, se negó a comentar directamente sobre el mandato de Abbott, pero señaló que la Patrulla Fronteriza trabaja adecuadamente con todas las agencias en el área, incluyendo la Guardia Nacional.
«Todos estamos en las mismas áreas, y todos trabajan en conjunto», aseveró.
Kerlikowske describió el repunte de niños y familias de Centroamérica, que normalmente se entregan a los agentes de la Patrulla Fronteriza, como un «asunto de gestión fronteriza» y no un «asunto de seguridad».
El gobierno de Obama ha defendido la cantidad de recursos federales asignados a la seguridad en la frontera, que en las últimas dos décadas han sido mucho mayores que en cualquier otro momento en la historia. Pero una carta obtenida por The Associated Press esta semana reveló que Sylvia Burwell, la secretaria del Departamento de Salud y Servicios Humanos, renovó sus preocupaciones ante el Congreso de que muy poco dinero estará disponible para albergar al más reciente flujo de niños.
Funcionarios federales esperan evitar que se repita la crisis que enfrentó en el verano del 2014, cuando decenas de miles de niños y familias atravesaron la frontera sin autorización, las áreas de detención de la Patrulla Fronteriza se saturaron e incluso había niños durmiendo en pisos de concreto y cubiertos con mantas isotérmicas.