Un policía español murió el viernes en un ataque talibán con coche bomba cerca de la embajada española en Kabul, en una acción que según el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, no iba dirigida contra España.
El agente falleció tras ser trasladado al hospital a causa de las heridas sufridas en un ataque contra una casa de huéspedes anexa a la sede diplomática, situada en una zona fuertemente protegida de la capital afgana.
«No era un ataque contra nosotros», dijo Rajoy en Alicante, donde participa en los actos de la campaña electoral.
Poco después de afirmar que el personal de la embajada se encontraba bien y que las heridas del policía español «no eran de extrema gravedad», el presidente del Gobierno confirmó el fallecimiento del policía, según la cuenta en Twitter del Partido Popular.
Los talibanes habían reivindicado la responsabilidad del ataque con coche bomba, y un portavoz del grupo insurgente dijo que fue contra «una casa de huéspedes del invasor».
Al menos tres insurgentes participaron en el ataque, según una fuente policial.
El incidente se suma a otros ataques a objetivos extranjeros en Kabul, en el contexto de una intensificación de la insurgencia talibana después de que cesaran las operaciones de combate de las tropas internacionales el año pasado.
La explosión, que interrumpe varios meses de relativa calma en la capital afgana, se da después de que el presidente Ashraf Ghani regresara de una conferencia de paz en la región con la que se trata de reavivar las negociaciones con los militantes talibanes.