El papa Francisco expresó ayer su profundo dolor tras los atentados del viernes en París e insistió en que utilizar el nombre de Dios para justificar la violencia y el odio es una blasfemia.
Deseo volver a afirmar con vigor que el camino de la violencia y del odio no resuelve los problemas de la humanidad y que utilizar el nombre de Dios para justificar este camino ¡es una blasfemia!, afirmó, suscitando una calurosa ovación de los asistentes.
Excelsior