Aunque hoy en día hay muy pocos casos de ébola en el oeste de África, es en Guinea donde persiste debido a las prácticas insalubres de los habitantes locales después de que la epidemia estalló en este país hace casi dos años.
Los casos nuevos en el distrito de Forecariah «nos han tomado a todos por sorpresa», declaró el ministro de Salud, coronel Remy Lama, y añadió que el distrito estuvo libre de la enfermedad por casi 40 días.
La batalla contra el ébola en Guinea se ha visto obstaculizada porque los habitantes han abandonado las medidas preventivas, dijo Fode Tass Sylla, portavoz de una comisión de salud. La gente se sigue estrechando las manos, no se las lava con la frecuencia adecuada y acude con curanderos en vez de con médicos profesionales, dijo Sylla.
En la diminuta aldea de Tanah, a unos 160 kilómetros (99 millas) al sureste de Conakry, los trabajadores de la salud se entremezclan con los habitantes locales, la mayoría de los cuales están siendo monitoreados para ver si muestran síntomas después de que una mujer enferma llegó aquí en septiembre para consultar a un curandero.
Tanto ella como el curandero murieron, dijo Sylla. Hay otros seis casos de ébola en la aldea y más de 60 personas están siendo monitoreadas. La Organización Mundial de la Salud registró siete casos en Guinea en los últimos 21 días.
Aunque en este país han ocurrido el menor número de casos comparado con sus países vecinos, con apenas 2.500 muertos entre unos 3.800 casos, de acuerdo con la OMS, el mortífero virus se mantiene imperturbable debido a que los habitantes se niegan a adoptar costumbres higiénicas.
Mounir Soumah, un maestro de 42 años, dijo que no habrá manera de resolver el problema hasta que la gente cambie su forma de actuar.
«Es importante para nuestra supervivencia en Forecariah porque siempre hay algún bautizo, alguna boda o alguna disertación sobre el Corán», comentó. «Es en estos eventos que la gente se contagia».
TANAH, Guinea (AP)