El pasado 18 de septiembre los activistas de Greenpeace intentaron penetrar en la plataforma rusa de extracción de gas en el Ártico. Poco después las fuerzas de la guardia fronteriza rusa detuvieron el rompehielos ecologista Arctic Sunrise, que aún permanecía en las aguas cercanas a la plataforma, y lo escoltaron hacia el puerto ruso de Múrmansk. Las 30 personas que estaban a bordo del buque -los 28 activistas de Greenpeace, un fotógrafo y un camarógrafo- están actualmente arrestadas por un período de dos meses en Rusia bajo la acusación de piratería. Según las autoridades del país, sus actividades eran de carácter extremista y presentaban un peligro real para la plataforma rusa y una amenaza a la vida de las personas.
Según ha comunicado este miércoles un portavoz del Comité de Investigaciones de Rusia, Vladímir Markin, las acusaciones contra los activistas de Greenpeace pueden ser reformuladas ahora. Detalló que los expertos actualmente están analizando los documentos y el equipamiento incautados durante el registro de Arctic Sunrise. En el marco de su investigación descubrieron que una parte de los dispositivos instalados a bordo del buque tiene un uso doble y puede usarse no solo con fines ecológicos. Markin puntualizó que el equipamiento será sometido a una serie de exámenes judiciales.
Informó, además, que a bordo del buque los investigadores también hallaron drogas, supuestamente morfina y paja de amapola. Detalló que actualmente se está estableciendo el origen de estas sustancias y su destino.