La primera vacuna mundial contra la malaria es prometedora pero debería ser usada de forma experimental antes de ser aplicada a gran escala, dada su limitada eficacia, dijo el viernes la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La vacuna Mosquirix, que produce GlaxoSmithKline, tiene el potencial de evitar millones de casos de malaria en bebés y niños pequeños en África que están en riesgo de ser infectados con la mortal enfermedad transmitida por mosquitos.
No obstante, es menos efectiva que las vacunas que combaten otras enfermedades.
Jon Abramson, jefe del Grupo de Expertos de Recomendaciones Estratégicas de la OMS, o SAGE (por sus siglas en inglés), aconsejó que se realicen entre tres y cinco proyectos de prueba en niños antes de aplicar una vacunación a gran escala.
Estos proyectos posiblemente tomarían entre tres y cinco años en ser aplicados y podrían involucrar a cerca de 1 millón de niños, añadió. SAGE no recomendó el uso de Mosquirix, o RTS,S, en bebés pequeños.
Los expertos del panel se mostraron particularmente preocupados de que sea necesario aplicar cuatro dosis de la vacuna para garantizar su óptima eficacia, incluso aunque someter a los niños a múltiples inyecciones podría ser problemático.
«Si no podemos administrar cuatro dosis de esta vacuna a niños, entonces no la vamos a usar», dijo Abramson.
«Lo que recomendamos es que antes de aplicar masivamente esta vacuna – y no la usaríamos necesariamente en un área de incidencia baja, sino en áreas de incidencia media o alta – estemos seguro de que podremos administrar las cuatro dosis», añadió.
GINEBRA/LONDRES (Reuters)