La enfermera que criticó duramente el que fuera mantenida en cuarentena en un hospital de New Jersey el año pasado porque tuvo contacto con pacientes de ébola en África occidental dijo, en una demanda entablada el jueves, que el gobernador Chris Christie y el departamento estatal de salud la detuvieron en contra de su voluntad.
Los abogados de Kaci Hickox presentaron el jueves la demanda federal por derechos civiles en Newark. La demanda también acusa a la ex comisionada de Salud estatal, Mary O’Dowd, y otros empleados del departamento de salud. Hickox pide 250.000 dólares por compensación y daños punitivos.
Hickox, de 34 años, es una enfermera que trabajó con Médicos sin Fronteras en Sierra Leona durante el brote mortal de ébola del año pasado. Fue detenida cuando llegó al aeropuerto internacional Liberty de Newark e interrogada durante varias horas antes de ser enviada a permanecer en cuarentena en una carpa afuera del hospital en Newark, a pesar de no tener síntomas de la enfermedad.
«Mi libertad, mis intereses y por consecuencia mis derechos civiles fueron omitidos porque algunos gobernadores ambiciosos vieron la oportunidad de utilizar una vieja táctica política: el miedo», afirmó Hickox en un comunicado.
Un portavoz de Christie no respondió inmediatamente a una solicitud para comentar. O’Dowd dijo que no había recibido la demanda y refirió las preguntas al departamento de salud estatal, el cual afirmó que no hace comentarios sobre litigios pendientes.
Mientras Hickox estuvo en cuarentena, Christie mencionó que simpatizaba con ella pero que tenía que hacer lo que pudiera por garantizar la salud pública.
Ella fue la primera persona forzada a la cuarentena obligatoria de New Jersey para los trabajadores de la salud que entraron en contacto con pacientes de ébola, después que Christie y el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, anunciaron una política de cuarentena más estricta que los estándares federales. Su plan fue criticado por la Casa Blanca y grupos médicos.
TRENTON, New Jersey, EE.UU. (AP)