BRASILIA (Reuters) – La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, intentará convencer esta semana a la elite empresarial mundial de que el gigante sudamericano todavía representa una buena oportunidad de inversión, pese a registrar tres años de crecimiento débil.
La mandataria de izquierda ha decidido buscar contacto con los ricos y poderosos por primera vez en el Foro Económico Mundial en la ciudad suiza de Davos, a fin de persuadirlos de que cuenta con políticas abiertas a los negocios y asegurarles que evitará el derroche fiscal.