La Aduana de EE.UU. realizó unas 687 operaciones encubiertas entre los años 2010-2012 con aviones no tripulados por encargo de las agencias de policía locales, estatales y federales que no tienen permiso para usar ‘drones’ dentro del país.
Entre las entidades que alquilan vehículos aéreos no tripulados de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los EE.UU. (CBP, por sus siglas en inglés) se encuentran la Guardia Costera, la Administración para el Control de Drogas y las autoridades migratorias, según el periódico ‘The Washington Post’.
Los vuelos de ‘drones’ dentro de las fronteras de EE.UU. están estrictamente restringidos. La CBP es una de las pocas entidades autorizadas a realizar vuelos no tripulados dentro de los límites de EE.UU. y cuenta con la segunda flota de ‘drones’ más grande después de la del Departamento de Defensa. El FBI y las agencias de policía federales cuentan con ‘drones’ menos desarrollados que los de la CBP, mientras al Departamento de Defensa no le está permitido usar aviones no tripulados dentro del país.
El hecho que las agencias externas usen la flota de vehículos aéreos no tripulados de la CBP para sus operaciones de vigilancia llamó la atención de las organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Según estas, los ‘drones’ presentan una amenaza esencial a la privacidad. Debido a que están equipados con cámaras infrarrojas sofisticadas, radares especiales y son capaces de mantenerse en el aire durante muchas horas, pueden realizar una vigilancia visual persistente sobre la propiedad privada. Además, los videos captados durante las operaciones pueden ser guardados por la CBP eternamente y no hay ningún control público sobre su uso.
Anteriormente la CBP reconocía la práctica del uso de sus ‘drones’ por agencias externas, pero no revelaba la información exacta sobre la cantidad de operaciones y sus detalles. Ahora ha sido obligada a hacerlo por la demanda legal según el Acta de Libertad de la Información (FOIA), presentada por la organización Electronic Frontier Foundation.
Sin embargo, la información revelada por la CBP está cuidadosamente redactada y no descubre los detalles de las operaciones. Así, por ejemplo, en los expedientes sobre vuelos se borraron los nombres de las agencias que usaron los ‘drones’.