El papa Francisco llegó el miércoles a un asilo de ancianos dirigido por las Hermanas Misioneras de la Caridad, en donde fue recibido por más de una docena de religiosas emocionadas que le dieron un collar de borlas blancas y azules, el color de la orden.
El pontífice pasó a saludar a varios ancianos, varios que lo esperaban en silla de ruedas y todos alineados, a quienes saludó y tocó en el rostro.
Uno de los ancianos le obsequió un sombrero y se lo colocó en la cabeza, que lo portó por unos segundos antes de que fuera retirado por su equipo de seguridad.
La visita al asilo, donde hay al ancianos abandonados o desprotegidos, es la penúltima actividad del papa en Ecuador antes de partir a Bolivia.
Francisco aún tiene previsto acudir a un encuentro con religiosos.
QUITO, (AP)