El rey Felipe VI de España, determinado desde su proclamación hace un año a limpiar la desprestigiada imagen de la monarquía, decidió revocar el título de duquesa que su padre había otorgado a su hermana Cristina, imputada en un escándalo de corrupción.
Único hijo varón de Juan Carlos I, Felipe VI, de 47 años, llegó al trono el 19 de junio de 2014 prometiendo una corona con una conducta honesta y transparente, después que su padre abdicara en su momento más bajo de popularidad por la acumulación de escándalos, encabezados por el que concierne a Cristina, la segunda de sus dos hijas.
Un año más tarde, el nuevo monarca da la sorpresa decidiendo despojar a su hermana del título nobiliario que su padre le había concedido en 1997, coincidiendo con su boda con el exmedallista olímpico de balonmano Iñaki Urdangarin.
La infanta, de 49 años, sexta en la línea sucesoria al trono de España, está acusada de delitos fiscales en relación con los negocios de su esposo y deberá sentarse en el banquillo de los acusados en una fecha aún por determinar.
Urdangarin, de 47 años, es sospechoso de haber utilizado su posición en la familia real para obtener contratos de dos gobiernos regionales mediante una entidad sin ánimo de lucro, el Instituto Nóos, que él presidía. Las cantidades concernidas ascienden a 6.1 millones de euros (6.6 millones de dólares).
El juez instructor, José Castro, sospecha que Cristina cooperó activamente con Urdangarin utilizando para fines personales una parte del dinero presuntamente malversado, mediante una empresa pantalla, Aizoon, propiedad de ambos a partes iguales.
Tras cuatro años de una instrucción que contribuyó a hundir la imagen de la monarquía española y a la abdicación de Juan Carlos I, el magistrado había ordenado el 22 de diciembre el procesamiento de la hermana de Felipe VI. Algo inédito en la monarquía española y un duro golpe para su imagen.