Una niña de 13 años que fue obligada a casarse con un hombre de 35 años, a quien luego envenenó, juntó con tres amigos, con un producto para matar ratas, estaba lista ayer para ser liberada, dijeron abogados y un juez.
Su abogada convenció a un fiscal de que retirase su petición de pena de muerte, según la letrada. Un juez de Gezawa ordenó el martes la liberación de Wasila Tasiu.
La abogada, Hussaina Aliyu Ibrahim, dijo temer por la seguridad de su cliente en una comunidad que cree que se le está liberando tras cometer un asesinato. Devolver a la joven, que ahora tiene 14 años, a su familia musulmana conservadora sólo la condenaría a otro matrimonio forzoso, advirtió.
Otra menor condenada a muerte a los 13 años por matar a su marido de 35 años permanece en el corredor de la muerte, un año después de que un tribunal del África occidental declaró ilegal la sentencia de condena de muerte a una menor.
Aunque los matrimonios forzados de menores son ilegales, son una práctica generalizada.
Las dos niñas fueron tomadas como segundas esposas en la mitad musulmana del norte de Nigeria donde el casamiento de niñas menores y la poligamia son comunes. Ninguna de las dos jamás fue a la escuela ni saben leer ni escribir.
Los fiscales trataron de condenar a Tasiu con base en a una confesión a la policía escrita en inglés aunque la niña solo habla hausa y firmada con la impresión de su pulgar.
Activistas por los derechos humanos que colmaron el tribunal el martes vitorearon ruidosamente cuando el juez anunció que el estado levantaba el caso contra la niña. Pero arrecian las preocupaciones por la reacción de quienes la consideran una asesina. Murieron cuatro personas. La gente está furiosa. Podría reaccionar, dijo su abogado Ibrahim.
Agencias