El analista político Mike Billington considera que la nueva ola de conflicto entre Japón y China se debe a que «EE.UU. busca crear una crisis en Asia que en realidad no existe».
«La única manera de mirar a toda la crisis sobre la Senkaku [las islas Diaoyu, llamadas Senkaku por Japón] en el Mar de China Oriental (Mar del Este) es dar un paso atrás para ver que toda la crisis, como reconocen muchos funcionarios japoneses, fue una crisis creada artificialmente y lanzada por los británicos por medio del alcalde de Tokio en aquel momento Shintaro Ishihara, un representante de la derecha», explica Billington en una entrevista a Press TV.
El analista cuenta que Ishihara dijo que Tokio iba a comprar la isla y entonces el actual Gobierno dio el paso «absolutamente tonto» de nacionalizar las islas, lo que, a su juicio, provocó una «crisis que no existía».
«No había habido tensión entre Japón y China sobre estas islas. Se esperaba que el estatus quo se mantendría durante largo tiempo y que no habría motivos para una crisis», sostiene el analista, agregando que tras la nacionalización por parte de Japón «el asunto se convirtió en una cuestión nacional, que luego provocó este enfrentamiento».
Según el analista, ahora, cuando todo el sistema bancario europeo y estadounidense se encuentra bajo amenaza, EE.UU. «alaba las políticas imperiales británicas» como, por ejemplo, el presidente Obama, que «busca crear una crisis en Asia que no existe».
La nueva ola del conflicto entre Japón y China empezó cuando Tokio y Washington se opusieron fuertemente al establecimiento de la zona de identificación de defensa aérea en el mar de la China Oriental por parte de Pekín. En los últimos días aviones de combate, tanto de EE.UU. como de Japón y Corea del Sur, sobrevolaron la zona de defensa aérea decretada por China, acciones que han sido interpretadas como un desafío a la reivindicación del nuevo espacio aéreo.
Las islas Diaoyu, llamadas Senkaku por Japón, son controladas de facto por Tokio, aunque China asegura que están bajo su soberanía, ya que fueron ocupadas ilegalmente por su histórico rival en la guerra que ambos países libraron en 1894-95 y que se saldó con victoria nipona.