Un tribunal electoral de la región boliviana de Santa Cruz asignó, en un inédito juego de dados, el escaño de un concejal, entre dos candidatos de partidos que obtuvieron similar cantidad de votos en las urnas, informó la prensa el viernes.
Durante las elecciones regionales y municipales de hace dos semanas, en el pequeño poblado de Cabezas, de unos 26.000 habitantes en Santa Cruz (este), el partido opositor Movimiento Demócrata Social (MDS) obtuvo en la lista de concejales 2.178 votos, el gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) 2.177 y un tercer partido, ASIP, 1.470.
Al momento de repartirse los 7 escaños de forma proporcional, según la ley, el Tribunal Electoral Departamental (TED) entregó dos sillones a cada partido. Para el último escaño, surgió la polémica sobre si allí podía también aplicarse la proporción, ya que el partido opositor sólo le llevaba un voto de ventaja al oficialista.
El TED resolvió entonces, tras una instrucción previa del Tribunal Nacional, recurrir al sorteo para dirimir a qué partido se le otorgaba el séptimo concejal, pese a que el opositor MDS reclamaba que el escaño era suyo, por existir una diferencia, así fuera mínima.
La disputa se dio entre Rubén Villalba del MDS y Cirilo Salazar del MAS, mediante el lanzamiento de un dado. Quien obtuviera el mayor número, ganaba.
Tras definir los turnos con una moneda, a Villalba le correspondió ir primero. Colocó el dado en un cubilete y lo lanzó: «2». El resultado hacía presumir que el opositor perdería por factor de probabilidad. Grande fue la sorpresa cuando Salazar lanzó y el dado mostró el «1».
«Hemos ganado con dado y también en la elección. La suerte la tenemos en las manos y en la conciencia», afirmó un alborozado Villalba, según imágenes de televisión difundidas por el portal de noticias del diario El Deber.
En las elecciones regionales del domingo 30 de marzo, la oposición se hizo de dos de los nueve departamentos del país -La Paz y Santa Cruz- mientras que el oficialismo de cinco, en tanto que otros se irán a un balotaje el próximo 10 de mayo.
La Paz, Bolivia | AFP