Eduardo Galeano, el escritor uruguayo que ganó fama mundial con su libro «La venas abiertas de América Latina», falleció el lunes. Tenía 74 años.
Galeano murió como consecuencia de un cáncer de pulmón, enfermedad que lo aquejaba desde hacía meses. Por ese motivo se encontraba internado en un sanatorio de la capital uruguaya.
Le gustaba definirse como un escritor que quería contribuir al rescate de «la memoria secuestrada» de América Latina, «tierra despreciada y entrañable». Su obra sacó a la luz la realidad social del continente.
En su libro más popular, «Las venas abiertas de América Latina» de 1971, Galeano afirmó que la pampa chilena del salitre, la selva amazónica del caucho, el nordeste azucarero de Brasil y ciertos pueblos petroleros del lago de Maracaibo «tienen dolorosas razones para creer en la mortalidad de las fortunas que la naturaleza otorga y el imperialismo usurpa».
Eduardo Germán Hughes Galeano nació en Montevideo el 3 de setiembre de 1940 y tuvo una notoria militancia en la izquierda ideológica, aunque nunca se identificó públicamente con ningún partido político.
«La única manera para que la historia no se repita es manteniéndola viva», escribió el periodista, que estuvo exiliado en Argentina y España. Desde que regresó a Uruguay en 1985, si no estaba viajando se lo podía ver deambulando por las calles montevideanas o sentado en torno a una de las mesas del «Café Brasilero», en la Ciudad Vieja, ordenando sus ideas o participando en una conversación con amigos o extraños.
«Las venas abiertas de América Latina» se tradujo a 18 idiomas y le mereció encendidos elogios desde diversos sectores.
De la novela corta «Los días siguientes» (1963) a los relatos contenidos en «Vagamundo» (1973) pasaron 10 años, pero mantuvo una misma percepción de las cosas que continuó en «La canción de nosotros», premio Casa de las Américas 1975.
Posteriormente, siempre dentro del análisis del contexto político y social de su tiempo, publicó «Días y noches de amor y de guerra» (1978), que se enmarca en la difícil época de las dictaduras en Argentina y Uruguay.
Luego, con la obra «Memoria del fuego», una trilogía estructurada sobre la base de vivencias cotidianas, buscó una recuperación del pasado indigenista, pero con el objetivo de encontrar un futuro más justo.
Un año antes de la publicación de «El siglo del viento» y una vez terminada la dictadura uruguaya, en 1985, regresó a Montevideo.
Tres años más tarde editó «El libro de los abrazos», al que definió como «un libro sobre los vínculos con los demás, los nexos que la memoria ha conservado, vínculos de amor, solidaridad».
En 1995 dio a conocer «El fútbol a sol y sombra» y «Las aventuras de los dioses» y en 1998 «Patas arriba. La escuela del mundo al revés».
Recibió otro premio Casa de las Américas en 1978 y el Aloa de los editores daneses en 1993. La trilogía «Memoria del fuego» fue reconocida con el American Book Award de la Universidad de Washington en 1998 y un año después fue el primer escritor galardonado por la Fundación Lannan de Estados Unidos con el premio a la libertad cultural.
MONTEVIDEO, Uruguay (AP)