Durante los dos años que le quedan en el poder, el presidente estadounidense no logrará restaurar la confianza popular, que ha caído hasta niveles mínimos en las últimas semanas.
Desde la mitad de su plazo se suele llamar ‘pato cojo’ al presidente estadounidense que no participará en las próximas presidenciales.
Pero Obama no solo es un ‘pato cojo’ sino también está hundiendo, según varios críticos.
«Esta persona creía que andaría por el agua pero se empezó a hundir inesperadamente para sí mismo», escribe la revista ‘The Economist’, que tradicionalmente apoyaba la política de Obama.
«Al parecer, el primer presidente afroamericano no pasará a la historia por sus logros, sino porque ganó dos elecciones», sostiene la revista.
En 2008 este joven y carismático senador de Illinois llenaba estadios, fascinando a la gente y parecía que una vez que se viera en la Casa Blanca, comenzaría en EE.UU. un siglo de oro.
Muchos le consideraban como un líder determinado y decisivo capaz de dejar una huella en la historia.
«Pero mientras que en aquel tiempo le describían como una estrella ascendente del Partido Demócrata, ahora es más parecido a una estrella apagada», resalta ‘ The American Spectator’.
«Llevaba sus campañas electorales de manera tan convincente que nuestras expectativas por él resultaron ser injustificadamente exageradas», comentó el CEO de la revista estadounidense ‘Foreign Policy’, David Rothkopf.
«Hay que admitir un miserable fracaso del experimento de los demócratas, que intentaron convertir a un tribuno de la plebe de pelo negro en un presidente de nuevo tipo», escribe el portal Odnako.
Este ex trabajador social de origen dudoso, que tenía amistad con un polémico pastor crítico con el sionismo y con las políticas de EE.UU., estaba destinado, en teoría, a sacudir a EE.UU. Pero eso no sucedió, lo que significa que aguarda una época de nuevos ‘experimentos’. Esta vez los republicanos mostrarán su visión sobre cuál debe ser el perfil del presidente del siglo XXI.