Un adolescente de unos 13 años de edad encontró a su mamá y su papá en las calles, cuando un grupo de enardecidos pobladores lo agarraron a palos por tratar de ingresar a una vivienda aledaña a un centro comercial, ubicado en el sector de Bello Horizonte y adueñarse supuestamente de una batería de carro.
El joven de aspecto descuidado y con visibles cicatrices en su cuerpo de su paso por las calles y las mañas aprendidas, rogaba incesantemente piedad y que lo dejaran libre porque era menor de edad, pero sus ruegos no le sirvieron de nada porque los afectados estaban dispuestos a que pagara el precio por sus malos actos.
Loyda Padilla