El Banco Central Europeo recomendó a los mayores bancos griegos que se abstengan de comprar nuevos bonos del Estado heleno.
Según fuentes consultadas por el portal MarketWatch, la restricción aprobada por el Consejo de Gobierno del BCE, fue comunicada por carta a las organizaciones financieras griegas.
Con esta medida, el BCE busca aumentar la presión sobre Atenas, tratando de impulsar la aprobación del proyecto de las reformas económicas exigidas por la Unión Europea. Si Bruselas las aprueba, Grecia podrá recibir la ayuda financiera comunitaria.
Al mismo tiempo, la nueva restricción del BCE supone problemas para Atenas. Si las entidades dejan de financiar al Gobierno, la situación económica empeorará aún más.
El 24 de febrero el Eurogrupo prolongó el programa de ayuda financiera a Atenas hasta junio de 2015, pero las autoridades griegas no están dispuestas a negociar la ayuda plena por parte de la EU y el FMI a cambio de medidas de ajustes.
Con todo eso, crece la incertidumbre acerca del futuro de la unión monetaria. Según las encuestas, el 38% de los inversores están seguros de que la unión va a desintegrarse en el transcurso de este año.