Las baterías de los Pechora-2M y los Buk-M2E fueron desplegadas cerca de la localidad de Charallave, en el estado de Miranda, y probadas simultáneamente en un ejercicio de puesto de comando castrense. Según informa el periódico ‘Correo del Orinoco’, los militares simularon distintos vectores aéreos, se entrenaron en la búsqueda y el derribo de objetivos aerodinámicos no tripulados y cazabombarderos.
El general en jefe de Defensa Aérea Vladimir Padrino López aseguró a la prensa que no conoce «un sistema en el mundo que se equipare con el sistema misilístico Buk de fabricación rusa». Destacó su capacidad para derribar objetivos situados a hasta 50 kilómetros de distancia, así como la de los misiles Pechora de dar en el blanco a 30 kilómetros.
Junto con el sistema de exploración y vigilancia y la Aviación Militar venezolana los dos complejos móviles rusos, sintetizó el general, «hacen prácticamente invulnerable a nuestra Patria Venezuela». Según sus cómputos, a partir de este despliegue el 90% del territorio nacional está protegido de eventuales ataques aéreos.