Arabia Saudita, a un paso de la crisis económica por deportar a los inmigrantes

En dos semanas Arabia Saudita ha deportado a más de 60.000 trabajadores extranjeros ilegales y las represiones van a seguir, según dijo el ministro saudita del Interior, el príncipe Mohammed bin Nayef.

La Policía saudita ha detenido a decenas de miles de personas para deportarlas en una operación iniciada después de que hubiera expirado el plazo de amnistía anunciada para los trabajadores extranjeros. La campaña, que se inició el 4 noviembre, «hasta ahora ha llevado a la deportación de más de 60.000 infractores del sistema de residencia y trabajo, mientras que los procedimientos para deportar a los demás están en curso», señaló el príncipe Mohammed, citado por la agencia estatal de noticias SPA.

Entre los que son considerados ilegales se encuentran los extranjeros que han sobrepasado la fecha de expiración de su permiso de residencia, los indocumetados que penetraron ilegalmente en el territorio del país, y los migrantes en busca de trabajo que no sea de su empresa contratante.

Los inmigrantes ilegales representan un total de nueve millones de personas en el reino rico en petróleo que tiene una población de 27 millones de habitantes. Después de que el Gobierno de Arabia Saudita deportara a decenas de miles de inmigrantes ilegales, en el país se produjo una fuerte escasez de mano de obra. La campaña ha ido acompañada por fuertes enfrentamientos entre la población local y la Policía, y ha acercado la economía del país a una crisis económica.

Las primeras consecuencias de la lucha con los inmigrantes ilegales pueden ser vistas en el centro de la Medina, cerca de la mezquita donde está enterrado el profeta Mahoma. Montañas de basura crecen alrededor de los lugares sagrados musulmanes. Anteriormente, a la recolección de basura en Arabia Saudita se dedicaban los trabajadores inmigrantes mal pagados. Ahora, a pesar de que la tasa de desempleo en Arabia Saudita alcanza el 12,5%, estos puestos de trabajo están vacíos. Acostumbrados a la presencia de los inmigrantes, los saudíes no se apresuran a cubrir los puestos vacantes porque para ellos recibir los pagos por desempleo es más beneficioso que limpiar las calles.

Una situación cercana de la catastrófica se ha desarrollado en el sector de la construcción también. Alrededor del 40 por ciento de las empresas pequeñas de construcción se vieron obligados a dejar de funcionar porque los migrantes que trabajan en ellas no han arreglado sus documentos a tiempo.

Según informó Arab News citando a Jalaf al Otaibi, presidente de la Federación Mundial de Comercio, Industria y Economía de Oriente Medio, en Arabia Saudita han cerrado decenas de panaderías, supermercados, gasolineras y cafeterías. A esto hay que añadir el fuerte aumento de los precios de los servicios de mecánica, plomeros, electricistas y miembros de otras profesiones, que cubrían los migrantes.

Los problemas también han aparecido en el sector educativo. Según Saudi Gazette, se han producido problemas en casi 20.000 escuelas donde los inmigrantes trabajaban de porteros, guardias de seguridad y chóferes de autobuses escolares.