Décadas después de desligar el dólar del respaldo en oro, Estados Unidos mantiene el 72% de sus reservas en este metal precioso, la mayor proporción del mundo en las reservas de oro y divisas.
Algunos países, principalmente China, vienen amasando sus reservas de oro y gastando sus reservas en dólares en proyectos globales de infraestructura, que pronto la deben convertir en dueña eficaz de la logística mundial.
Las reservas de oro chinas son un misterio. Según datos oficiales, China cuenta con 1.054 toneladas de oro en sus bóvedas, una cifra no alterada desde el 2009.
Sin embargo, en tan solo siete meses del 2012 el gigante asiático importó 458,6 toneladas de oro a través de Hong Kong, según Jim Rickards, consejero del Pentágono para amenazas financieras, quien citó a compañías de logística de valores.
Pero si hay dudas sobre los datos chinos, las de las estadísticas estadounidenses son aún mayores. El año pasado un empresario chino especializado en el transporte de oro desde África hasta China denunció el robo de 998 kilogramos de este metal precioso en lingotes.
El coste de la pérdida se estima en 38 millones de dólares. Durante el envío de la valiosa carga a su nuevo propietario se descubrió que las bolsas estaban llenas de otro metal: tungsteno.
Esa historia ha incrementado la credibilidad de los rumores sobre el oro falso que circula últimamente en el mercado global. Se especula que en el contexto de escasez mundial de oro, los reguladores utilizan supuestos lingotes de oro que en realidad son solo tungsteno dorado.
¿Estafa global?
Según el periodista Rob Kirby, a finales de los años 1980 cerca de 1,5 millones de lingotes de tungsteno de 400 onzas de peso fueron fabricados en EE.UU. Posteriormente 640.000 lingotes de tungsteno dorado irían a parar a Fort Knox, una de las principales bóvedas estadounidenses.
Lo curioso es que esta cantidad de lingotes es igual a 256 millones de onzas troy, mientras que World Gold Council situó las reservas de oro estadounidenses en 261,5 millones de onzas a comienzos de este año. Tal vez, una coincidencia.
Dichos acontecimientos han llevado a varios países que guardan su oro en EE.UU. a buscar su repatriación. Sin éxito, por supuesto. A Alemania, que tiene el 45% de su oro en Nueva York, no se le permite ni revisar sus reservas.
El economista y politólogo estadounidense Paul Craig Roberts cree que «los alemanes ya nunca verán su oro», citando sospechas de expertos del mercado de oro de que la Reserva Federal ya ha agotado todo el oro estadounidense y comenzó a vender reservas de oro extranjeras en sus depósitos para bajar el precio del oro en los últimos años.
«¿Una estafa? Por supuesto, pero ¿qué se puede hacer con el estafador si está muy bien armado?», se pregunta la agencia Regnum.
Ante la caída de la fiabilidad en el dólar y el curso hacia el abandono del dólar en los pagos y cobros por varios países, principalmente los BRICS, es poco probable que EE.UU., cuyo poder global se basa en el dólar, intente quedarse cruzado de brazos.
El oro sigue siendo considerado como el activo más seguro, y los países que van amasando sus reservas de oro están tratando de asegurarse contra la caída del dólar.
Un método eficaz de sofocar un movimiento es asumir su liderazgo. ¿Tratará EE.UU. encabezar el movimiento de escépticos hacia el dólar y partidarios del regreso al patrón oro? Siendo el oro en sus reservas más que suficiente. ¿O es tungsteno?