La banda indie originaria de Los Angeles, YACHT, hicieron una «técnica de marketing» que no les salió del todo bien, más bien enfureció a sus fanáticos al punto de no querer volver a comprar nada de su música.
YACHT está conformado por Jona Bechtolt y Clarie. L. Evans, quienes son realmente pareja desde el año 2006 y que según informaran a través de su página oficial de Facebook sufrieron una violación de su privacidad, ya que terceros habían divulgado sin su consentimiento un video privado sexual que habían grabado hace unos años. Tildaron este acto como algo realmente humillante y que les «expresaba dolor» al no tener opción en la divulgación del mismo.
La cuestión era que… en realidad no era así.
En un lapso de tres horas recibieron varios comentarios en dicho post de Facebook de seguidores que se solidarizaban con esa situación que estaban viviendo, indicando algunos que no importa lo que haya pasado, ellos siempre mantendrán su integridad y que lo que ocurrió es que son víctimas de violación a la privacidad.
Pero luego de ese tiempo y que la noticia generó revuelo en medios especializados de música como Vulture, Los Angeles Times y Pitchfork, la banda cambió un poco su discurso, empezando a generar confusión sobre de qué trataba todo este escándalo.
Sucede que luego de ese tiempo y después de las más de 1,600 reacciones generadas en la red social, pusieron un comentario en donde se «apropiaban de la situación», señalando que si el video ya estaba «ahí afuera» lo mejor era comercializarlo ellos mismos, por lo que pedían a sus fans que no visitaran sitios web piratas para verlo, y que «si realmente tienen necesidad de verlo, entren al siguiente link«.
Cuando uno entraba al link y tenían que poner la información de tarjeta de crédito para adquirir el video sexual, aparecía un mensaje donde decía que lo iban a dar gratis. Cuando finalmente uno accedía lo dirigían a una página xxx de verdad, pero que en ella había un video artístico y no pornográfico que la banda había creado.
«Esto no se diseñó para hacer dinero o vender discos, sino para explorar la intersección de la privacidad, los medios y la farándula. Disfrutamos y hemos dedicado una década en crear proyectos multifacéticos que se desarrollan con el tiempo, usando las herramientas más actuales a nuestra disposición», indicaba una declaración que hicieron al final de toda esta gran farsa.
A raíz de eso fue que los seguidores y demás usuarios de internet se volvieron furiosos contra ellos.
Muchos señalaron que lo que hicieron era deplorable y caer muy bajo, porque se burlaban de los esfuerzos que existen para hacer del «porno venganza» un crimen serio, sobre todo dado el número de suicidios y vidas arruinadas de personas que han sufrido legítimamente de algo así, a como publicó un usuario de Facebook.
De igual forma medios también vieron esto como una estrategia de marketing fallida, con un escritor de música de Los Angeles Times opinando que esto «da crédito a la real y persistente suposición de que las víctimas de crímenes sexuales lo hacen solo para generar atención».
En la nota donde anunciaron que todo había sido una farsa, Yacht enfatizó que: «Nunca tomamos a la ligera a las víctimas de cualquier tipo de abuso sexual. Francamente, nos molesta que los medios de prensa utilicen el término de ‘video sexual de celebridades‘ para justificar a la porno venganza, la cual es repugnante, moralmente repugnante».
Si quieren ver el video de la discordia, entren a este enlace de Pornhub.