Alejandra Rodríguez lleva la música en su sangre. Su mundo gira en torno a ella. Y desde su trabajo como cantante en Ecos ya se ha ganado un espacio como referente del rock alternativo que actualmente se produce en Nicaragua.
Ella creció en un entorno familiar lleno de música. Su papá tocaba la guitarra y su hermano le guiaba en el mundo de las bandas de rock. Es así que a los 12 años, Alejandra se anima y decide aprender a tocar la guitarra, bajo la enseñanza de su propio padre, con quien aprendió a tocar su primera canción.
A los 14 años, Alejandra comenzó a tocar en una banda. Pero es hasta los 17 que logra encontrarse con Ecos, lo que le anima a tomar las cosas con un mayor nivel de seriedad y dedicación.
Con Ecos empezamos a componer música original
Y a medida que teníamos conciertos supe que quería dedicarme a la música. Los conciertos te dan una energía única y mágica
Son momentos que nunca querés que acaben», confiesa la cantante.
Es en esta banda donde el talento de Rodríguez reluce y fluye libremente.
Ecos es una familia, donde cada día aprende y crece más como persona, dice Alejandra. «Ellos me motivan a ser mejor», nos cuenta.
Una particularidad de Ecos es que Pavel Palma Vaughan, guitarrista de la banda, es el novio de Alejandra, lo que facilita un mayor acople y cercanía al momento de crear canciones y presentarse en vivo.
Él es mi mejor amigo, dice Alejandra sobre su relación con Pavel. Me gusta mucho trabajar música con él. Siento que me entiende y que yo lo entiendo. Creo que son pocas las personas con las que haces click musical para trabajar, indica la joven cantante.
En cuanto a la relación de pareja, ella nos dice que no le gusta mezclar ambos mundos. Prefiere mantener la relación musical y amorosa por separado
al menos en la medida de lo posible.
Para Alejandra, el amor significa respeto, comunicación, sinceridad y tolerancia. Un noviazgo sano, es aquel que nos hace ser mejores personas, sintetiza.
No cabe duda que el amor es un tema importante en su vida. Y la admiración y dedicación por la música es el único rival que Pavel tiene en su relación con Alejandra.
