Amandititita: Yo nunca he querido la fama

Amanda Lalena Escalante Pimentel, mejor conocida como Amandititita, contempla la idea de la felicidad fugaz en su libro de cuentos y diarios «Trece latas de atún».

«El libro es mi vida», dijo Amandititita en una entrevista reciente con The Associated Press en la Ciudad de México, donde se encontraba de promoción. «Es un libro que escribí sin darme cuenta durante 15 años que llevo un diario y que escribo cuentos».

Amandititita se hizo famosa en 2008 con canciones como «Metrosexual«, «La muy muy» y «La mataviejitas«, que mezclaban cumbia pop y rock con letras de comentario social en un género que definió como «anarcumbia». Sus canciones la hicieron una estrella instantánea con conciertos, programas de televisión y presencia en la radio.

Pero esa vida la habría abrumado; la artista al parecer prefiere llevar una vida más simple, alejada de las presiones de los reflectores. Eso lo describe en «Trece latas de atún», publicado a fines de 2015 por Plaza y Janes.

«Yo nunca he querido ni la fama, ni los fans genéricos, ni estar en esos programas, que es una cosa que me pasó que yo no entiendo ni cómo, pero desde que me ha pasado me la he pasado diciendo que me choca», dijo. «Quería explicarlo con mis palabras, que no soy una persona a la que la fama le seduzca o le interese, yo creo que por eso me pasó».

Su idea inicial, relató, era grabar unas canciones para ganar algo de dinero. Por eso aceptó un contrato con Sony, pero así como llegó el dinero se acabó, mientras se mantenían compromisos y admiradores que no la llenaban.

Amandititita lanzó su último disco, «Mala fama», hace tres años de manera independiente, y de hecho planea lanzar otro próximamente.

«Nunca me he alejado del todo, pero nunca volvería a entrar a una disquera así, nunca regresaría a ese lugar», explicó.

La literatura, en cambio, es un «sueño» que la llevó a estudiar en la Sociedad General de Escritores de México y en la Escuela Dinámica de Escritores de Mario Bellatín.

«No me considero escritora, me fascina la literatura y me encantaría pertenecer un día a ese mundo completamente», dijo. «Tener un libro publicado ya es un paso. Yo no creo que el que tiene un libro publicado ya es un escritor, creo que el escritor se hace con el tiempo».

El libro relata la muerte de su padre, el rockero mexicano Rockdrigo González, fallecido durante el terremoto de 1985 en la Ciudad de México cuando Amanditititita tenía seis años. También aborda la muerte de su madre, la periodista Mireya Escalante Pimentel, a causa de un cáncer y tras años de batalla con el alcoholismo.

«La vida íntima exponerla así es muy fuerte, pero a mí me sirvió mucho, yo me siento muy bien, creo que no lo habría escrito si no lo tendría superado, o bastante resuelto», apuntó.

«Creo que el arte necesita que los artistas traspasen el miedo al ridículo y el miedo al qué dirán y el miedo a ser señalado, porque hay mucho arte pero superficial donde la gente tiene historias reales pero no las dice por miedo a que luego sepan que ese es el escritor», agregó más tarde sobre la honestidad que buscó en su libro.

A diferencia de la fama que no buscaba, Amandititita señala en su libro que la felicidad se encuentra donde menos se espera. Por ejemplo, cuando solo tenía latas de atún para comer.

«Yo creo que cada quien construye su idea de la felicidad. Mi idea de la felicidad es muy básica, cuando todo está bien».

El libro fue escrito en Los Angeles, donde vive desde hace siete años con su esposo Ulises Lozano, integrante de la banda Kinky.

«Me terminé enamorando de la ciudad de Los Angeles, es una ciudad muy buena para escribir porque es una ciudad que te deja sola, te abandona, te da la espalda», expresó.

La Ciudad de México «me llena demasiado», añadió. «Pero no sé si podría escribir aquí un libro, yo creo que no escribiría ni papa, estaría todo el tiempo saliendo».

Lo que tiene claro es que quiere seguir contando historias de su país: «Si de algo quiero vivir hablando es sobre México. Ese es el verdadero amor».