Antes de poder llegar al camerino de Michelle Williams en el Teatro Belasco de Broadway, uno pasa por un sofá tapizado de brillantes colores, una TV de pantalla plana y una bola de espejos que cuelga del techo.
Es un espacio reservado para su hija de 10 años, Matilda, que ahora puede venir a trabajar con Michelle Williams y pasar el rato tejiendo o viendo películas. Solo hay una regla: no debe saber qué está haciendo su mamá abajo en el escenario.
Michelle Williams protagoniza junto a Jeff Daniels «Blackbird», un perturbador relato de un hombre mayor, una mujer mucho más joven y lo que ocurre cuando se reencuentran 15 años después de que termina su breve relación ilícita.
«No puede ver la obra, estar cerca de la obra u oír la obra», dijo Williams de su hija. «Esto es para que ella pueda venir a pasar el rato con su mamá, pero con el seguro de la puerta pasado».
Abajo, Williams da vida a una víctima vengativa que lanza acusaciones contra su examante con devastador precisión, mientras ella misma alberga sus propios problemas.
La actriz dijo que, desafortunadamente, el tema siempre es oportuno. «Es imposible no conocer a alguien que haya sufrido de abuso. Es mucho más común de lo que debería», dijo. «Así que la encuentro muy específica y muy general».
Williams, quien el día de la entrevista se disculpa por devorarse un arroz con leche en el camerino antes de la función, parece haber encontrado la forma de equilibrar trabajo y maternidad. Está criando sola a la hija que tuvo con el difunto actor Heath Ledger en un apartamento en un lindo barrio de Brooklyn, sobre una tienda de abarrotes.
Para ajustarse a su agenda, los productores acordaron no presentar la obra los domingos tradicionalmente un día clave para la taquilla para que madre e hija puedan » tener una vida de verdad». Ambas asistieron recientemente a un concierto del cantante favorito de la niña, Stevie Wonder, y la actriz muestra una foto en su teléfono de Matilda evidentemente emocionada. «Le gusta esta vida tanto como a mí», dice.
«Blackbird», de David Harrower, marca su primer gran trabajo desde que pasó la mayor parte de un año cantando y bailando en la más reciente reposición de «Cabaret», como la complicada cantante Sally Bowles.
«Eso me sacó el jugo», dijo Williams. «Me puse a pastorear un tiempo después de ‘Cabaret’. Comí mucho, literalmente, y corrí perezosamente por los campos porque estaba tan cansada. Y entonces surgió esto y no pude decir que no»
La carrera cinematográfica de William, quien se dio a conocer como una adolescente en la serie de TV «Dawson’s Creek», despegó con «Brokeback Mountain» («Secreto en la montaña») en 2005. El filme le mereció su primera de tres nominaciones al Oscar, por su papel de la esposa rechazada de un vaquero interpretado por su pareja de la vida real, Ledger. Sus otras candidaturas fueron por «Blue Valentine» (2010) y «My Week with Marilyn» (2011).
Aunque había hecho algo de teatro, decidió debutar en Broadway con «Cabaret» en el 2014, cantando durante 10 meses «Don’t Tell Mama» y «Maybe This Time» en ropa interior.
«Siento que todas las noches me empujaba al borde de mis capacidades. Pero, como resultado, creo que podía sentir cómo iban creciendo mis capacidades», expresó. «Así que ha sido emocionante volver a trabajar con algunas nuevas ideas y capacidades».
Joe Mantello, el director laureado con el premio Tony que está al frente de «Blackbird», dijo que Williams, de 35 años, es esencialmente una persona muy curiosa: «Es audaz. No me sorprende que se esté empujando a sí misma para estirarse en nuevas y emocionantes direcciones. Parece que eso es simplemente parte de lo que es».
Cuando le ofrecieron «Blackbird», de inmediato se impresionó por su belleza y lo consultó con su amiga y compañera de «Cabaret», la actriz Linda Emond, quien le dijo que era uno de los papeles de teatro más emocionantes que había visto.
Así que, después de hacer dos papeles pequeños en películas independientes »Manchester by the Sea» de Kenneth Lonergan, con Casey Affleck y Kyle Chandler, y «Certain Women» de Kelly Reichardt, con Kristen Stewart y Laura Dern Williams volvió al teatro.
«Es como tener un segundo hijo», dijo la actriz. «Aprendí tanto en esos 10 meses que sería una lástima renunciar a todo ese conocimiento que adquirí con tanto esfuerzo».