A primera vista es la imagen de un rockero tatuado que sostiene entre sus brazos a una adorable niña. Esta foto es de hace 25 años donde un Ozzy Osbourne se muestra paternal con su hija Kelly.
Ozzy quizás no ha sido el padre ideal, en más de una ocasión ha manifestado que bastante sorprendido está de haber llegado a los 65 años, después de toda una vida plagada de adicciones a la cocacína, marihuana, alcohol y éxtasis, entre otras sustancias nocivas.
Y aunque Kelly dejó bien claro en la frase que acompaña a su foto en Instagram que esta orgullosa de su papá, hace poco «El padrino del Heavy Metal» admitió que había recaído en el consumo de alcohol y drogas, y que había estado consumiendo durante el último año y medio. Su dependencia a las sustancias ilícitas provocó que su esposa, Sharon, se separara de él por unos meses.
«Ella estaba muy enojada. Pensé que iba a perder a mi familia», dijo el líder de Black Sabbath en una entrevista con la revista británica NME, donde Osbourne confesó que su recaída se produjo sin que se diera cuenta. «Sin ningún motivo piensas ‘quiero un trago’ y después te oyes decir ‘date permiso para uno’. Y lo que pasa luego es que te despiertas en el garaje tres días después».
«Tienes voces en tu cabeza que dicen ‘No te preocupes Ozzy. Cualquiera puede tomar si tiene un disco de número uno en tantos países’. Pero estás haciendo un pacto con el diablo. Es una enfermedad de la mente y el cuerpo, y no la puedes controlar», explicó el líder de Black Sabbath.
Tras admitir su renacido problema con las adicciones que lo han acosado por decadas, Ozzy Osbourne se sometió a un nuevo proceso de rehabilitación y retomó su matrimonio con Sharon.
Malva Izquierdo