Romeo Santos asegura que tiene dos personalidades bien diferentes: una en el escenario frente a su público, en la que se muestra seguro y seductor, y otra en la que es tímido, en su vida cotidiana.
La primera, dijo, es la que él quería mostrarles a las chicas cuando estaba en la escuela secundaria. La segunda, más humilde, la atribuye a la sencillez de sus padres.
«Cuando subo a la tarima, es crear un personaje que lo que refleja es seguridad, sensualidad, seductor, un poco hasta arrogante, pero yo no soy así. Si estoy en un escenario y una chica me grita ‘te amo’, yo respondo y digo algo que me veo muy seguro. Pero si me bajo del escenario y una chica me tira un piropo me vuelvo tímido», expresó el cantante neoyorquino de ascendencia puertorriqueña y dominicana en una entrevista en profundidad durante la Conferencia Billboard de la Música Latina.
«Yo realmente me sé desenvolver en un escenario porque es un show. Sí, hay muchas cosas de mí. Prefiero referirme a esto como a la persona que yo quería ser en la escuela superior», manifestó.
En su entrevista con Leila Cobo, directora ejecutiva de contenido y programación latina de la revista Billboard, Santos habló de su niñez en el Bronx neoyorquino, de la integridad con la que sus padres lo criaron, cómo incursionó en la música y lo que hizo con su primer cheque, entre otros temas.
Dijo que aunque no cambiaría nada en su carrera, le hubiese encantado que alguien lo aconsejara en sus comienzos sobre la manera en la que se vestía.
«Me hubiese encantado que alguien me dijese no hagas esto, no hagas aquello, pero no cambiaría nada. Cosas que me puse … era muy flaco, pero en mi mente no lo era, así que me ponía las camisas como para los que tenían músculos, esas cosas hubiera cambiado. Esas fotografías venían acechándome años después», confesó el llamado Rey de la Bachata al ser interrogado sobre qué consejos le daría a un músico que recién comienza su carrera.
La entrevista comenzó con un video que mostraba en dos pantallas gigantes un collage de varios conciertos de Santos, mientras su música sonaba por los parlantes de la sala repleta de fanáticos, expertos de la industria y productores que se pararon con sus teléfonos celulares en alto para tomarle fotos y videos a su llegada.
El exvocalista del grupo Aventura, cuyo más reciente álbum es «Fórmula, Vol. 2», dijo que cada vez que sube a un escenario, sea para un concierto o para algún otro tipo de evento, se persigna y se pone en manos de Dios para que lo guíe. Ataviado en una camisa manga corta vino tinto y sombrero beige tipo fedora, recordó que se dio cuenta de que la música era su vocación tras haber descartado la pintura y el baloncesto, en su niñez.
Dijo que ingresó al coro de la Iglesia para conseguir novias, y entonces se dio cuenta de que la música era lo que más le gustaba. «Empiezo a cantar y me empiezan a complementar, yo empiezo a creer (que canto bien). … Ese fue el momento en que yo entendía que sí era bueno para esto. Era lo único en lo que sobresalía, y por eso lo tomé en serio», explicó el intérprete de «Eres mía».
Santos encabeza la lista de finalistas a los premios, con 21 menciones en múltiples categorías, seguido por Enrique Iglesias, con 19.
El cantautor, que ha aparecido en la primera página del New York Times, explicó que en sus comienzos siempre llevaba una grabadora grande en el bolsillo de su pantalón para poder aprovechar los momentos instantáneos de inspiración. Entonces, cuando le llegaba la musa de una melodía y estaba con alguien conversando, le pedía permiso, iba al baño, y allí grababa la melodía sin letra.
«Así escribí la mayoría de mis canciones, la mayoría», reveló el artista.
Agradeció al público por valorar su voz, pero dijo que él sabe que su fuerte es la composición.
«Le agradezco infinitamente al público que le gusta mi voz, pero cuando escucho a Luis Miguel, David Bisbal, digo, guau… mis composiciones, mis canciones, eso es el fuerte mío», expresó Santos, cuyas canciones suelen pasar semanas en los primeros puestos de las listas de popularidad. «Siempre he sentido que es aquí donde puedo demostrar mis habilidades, mis destrezas».
Uno de los momentos más especiales fue cuando contó que le compró una casa a su madre cuando ganó el primer cheche significativo, y la llevó al sitio después de haberla engañado diciéndole que necesitaba que lo ayudara a limpiar su apartamento.
«Yo estaba aguantando la emoción. Le digo: ‘¿no crees que esa casa es bonita?’. Saqué la llave y empecé a llorar. Fue un momento muy hermoso. No puedo explicar con palabras lo que sentí. Fue algo muy muy hermoso que nunca olvido», reveló Santos, y dijo que después le compró otra más grande pero que su madre ha decidido seguir en el mismo lugar donde él nació y creció.