Tras disfrutar de toda la década de los ochenta en clara progresión ascendente, Depeche Mode iniciaron la década de los noventa a lo grande con la publicación del que para muchos es el mejor trabajo de su extensa y jugosa trayectoria.
25 años del Violator de Depeche Mode
Todo acompañado de una imagen pertinentemente endurecida que superaba el aspecto exasperantemente aniñado de sus primeros años: con Violator llegan los sombreros vaqueros, las gafas oscuras, las barbas descuidadas y la actitud altanera y pendenciera.
En realidad no es preciso explicar en demasía dónde reside el incalculable valor de Violator, pues eso se responde enumerando sus nueve canciones, todas ellas obra de un Martin Gore en feliz estado de gracia: World in My Eyes, Sweetest Perfection, Personal Jesus, Halo, Waiting for the Night, Enjoy the Silence, Policy of Truth, Blue Dress y Clean.
Al menos siete de estas nueve canciones son interpretadas habitualmente todavía hoy en los conciertos del grupo, generando noche tras noche un ambiente tan ceremonioso como festivo entre los parroquianos, siempre convenientemente pastoreados por el vocalista Dave Gahan.
Especialmente álgidos resultan dos clásicos imperecederos como Personal Jesus y Enjoy the Silence, auténticas joyas del repertorio de Depeche Mode y clásicos de la música popular de nuestro tiempo gracias a sus toneladas de grandilocuencia prácticamente sectarea.
Violator fue producido por el propio grupo junto a Mark Ellis Flood y ha vendido hasta ahora casi 14 millones de copias en todo el mundo, siendo el disco más vendido de Depeche Mode y el de mayor éxito comercial. Y su visionaria influencia en la música electrónica está fuera de toda duda.
Agencias
