Tres hermanos se toman una selfie justo cuando los golpea un rayo

Tres hermanos se toman una selfie justo cuando los golpea un rayo
Foto: Tres hermanos se toman una selfie justo cuando los golpea un rayo/cortesía

La probabilidad de que un rayo te caiga encima es de una entre un millón, según un estudio de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, un organismo científico dependiente del Gobierno de Estados Unidos. Una cifra muy poco probable pero que, sin embargo, a veces ocurre, como les ha pasado a tres hermanos en Inglaterra.

Rachel, Isobel y Andrew Jobson son los tres hermanos que paseaban en bicicleta por Inglaterra,; saliendo desde Berkshire y dirigiéndose a Surrey a ver a su tía. En el momento en que emprendieron el trayecto ya había empezado a llover, pero la tormenta fue cada vez a peor.

A mitad de trayecto, los hermanos se refugiaron bajo un árbol de un parque del distrito urbano de East Molesey; donde aprovecharon para hacerse un selfie. En el momento exacto en el que apretaron el botón de la cámara un rayo les impactó encima y quedó grabado en el móvil.

Un rayo les impactó encima

Los tres hermanos fueron atendidos por los paramédicos que los trasladaron directamente al hospital: «Estábamos tomando la foto con nuestro teléfono y de pronto caí al suelo. Me sentí inconexa. Mi hermana y yo gritamos«, explicaba Rachel a la BBC que había sufrido quemaduras en el muslo y el estómago y había perdido sensibilidad en uno de los brazos.

Por suerte ninguno de los tres sufrió heridas graves, al final del día, Rachel seguía mareada y la muñeca de su hermana Isobel seguía dolorida. Sin embargo, Andrew, el hermano, no había sufrido ninguna herida pero seguía muy asustado.

A diferencia de lo que la mayoría piensa, sólo el 10% de la gente a la que le cae un rayo muere; ya que no recibe una descarga eléctrica directa, pero sí que puede dejar quemaduras y otras lesiones permanentes, según la misma administración.

En el caso de los tres hermanos, los médicos sospechan que el rayo que cayó sobre ellos fue atraído por una prótesis de titanio que llevaba Isobel en su brazo, por un accidente de bicicleta que había sufrido en el pasado.

La Vanguardia.