Un estudio reciente realizado por el National Bureau of Economic Research (NBER), ha revelado una sorprendente relación entre la apariencia física y el tiempo dedicado a los videojuegos.
Según los resultados obtenidos, las personas más atractivas tienden a pasar menos tiempo jugando en comparación con aquellas que tienen una apariencia promedio o poco atractiva.
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Este hallazgo, respaldado por datos del estudio longitudinal Add Health; sugiere que los individuos físicamente atractivos disponen de más oportunidades para participar en actividades sociales cara a cara; lo que reduce su inclinación por pasar largas horas frente a una pantalla con videojuegos.
El estudio, titulado Looks and Gaming: Who and Why?, destaca que las personas consideradas atractivas no solo son menos propensas a jugar videojuegos; sino que, cuando lo hacen, dedican menos tiempo a esta actividad en comparación con sus pares menos «agraciados«.
¿Menos videojuegos, más amigos?
Los autores del estudio proponen que esta relación podría explicarse por las ventajas sociales que confiere la apariencia física.
Las personas atractivas suelen tener más amigos cercanos y mayores oportunidades para interactuar socialmente, lo que eleva el costo de oportunidad de dedicar tiempo a actividades solitarias, como los videojuegos.
Por tanto, la vida social activa de las personas atractivas las lleva a preferir actividades más sociales y menos centradas en la pantalla.
Este estudio desafía estereotipos persistentes sobre los gamers, tradicionalmente vistos como individuos poco atractivos o socialmente aislados.
Aunque estos estereotipos han prevalecido durante años, el estudio sugiere que la realidad es más compleja y que la apariencia física juega un papel significativo en las decisiones de ocio; incluidas las horas dedicadas a los videojuegos.