En tremendo lío se encuentra una universidad en Yosuka, Japón, dado que le llegó una módica factura de 27 mil 150 dólares, después de que un profesor se le olvidara cerrar el grifo de la piscina del establecimiento durante más de dos meses; el trabajador lo hizo pensando que ayudaría a prevenir las infecciones por covid-19.
El empleado estaba a cargo de la gestión de la piscina de este establecimiento al sur de Tokio en Japón, dejó abiertas las tuberías de suministro de agua por casi tres meses, incluso durante las vacaciones escolares.
Aunque el cloro y el sistema de filtración preservan en principio la calidad del agua, el profesor «se metió en la cabeza que un suministro continuo de agua también realizaría esta tarea, e incluso ayudaría a proteger contra el coronavirus«, explicó a la AFP Akira Kojiri, un responsable del rectorado local.
Llenan piscina por meses en Japón
En varias ocasiones, otros miembros del personal se dieron cuenta de que el agua fluía y cerraron el grifo, pero el maestro lo reabrió cada vez. Lo que resultó en un consumo estimado en más de 4 mil 000 metros cúbicos, suficiente para llenar la piscina 11 veces.
El ayuntamiento de Yokosuka pidió al profesor, cuyo nombre no se hizo público. Al igual que a dos de sus responsables que reembolsaran la mitad de la factura.
Mientras eso ocurre en Japón, en Estados Unidos una empresa anunció que apelará la decisión judicial que la obliga a indemnizar con 450 mil 000 dólares a un empleado. Al que despidió tras sufrir un ataque de pánico a causa de una fiesta de cumpleaños organizada contra su voluntad.
Kevin Berling, quien dice sufrir ansiedad, había advertido a sus superiores en la firma Gravity Diagnostics que no deseaba celebrar este día explicando que le traía malos recuerdos relacionados con el divorcio de sus padres; según documentos judiciales.