El colectivo ecologista Futuro Vegetal protagonizó una acción de “desobediencia civil no violenta”; al vandalizar la mansión del futbolista Lionel Messi en Ibiza.
En una protesta que ha captado la atención internacional, el grupo arrojó pintura roja y negra sobre la fachada de la lujosa propiedad; que Messi adquirió en 2022 por 11 millones de euros.
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A través de un comunicado, Futuro Vegetal explicó que el acto tenía como objetivo denunciar la “responsabilidad de los ricos” en la crisis climática. Según el grupo, la mansión es considerada “ilegal” debido a la falta de un certificado de ocupación; dado que varias habitaciones fueron construidas sin permiso.
Además, la organización destacó que el 1% más rico del mundo generó en 2019 las mismas emisiones de carbono que los dos tercios más pobres; a pesar de que las comunidades más vulnerables sufren las peores consecuencias del cambio climático.
Messi y la controversia en Ibiza
En la pancarta colgada en la fachada de la casa, el grupo incluyó lemas en inglés como “ayudar al planeta, comerse a un rico y abolir a la Policía”. Futuro Vegetal también criticó la inacción de las instituciones y el fomento del turismo como solución a la crisis por parte del Govern balear.
El presidente argentino Javier Milei, expresó su solidaridad con Messi a través de la red social X; condenando el acto y solicitando al gobierno español que garantice la seguridad de los ciudadanos argentinos.
Milei calificó a los activistas de “comunistas” y criticó la ideología comunista como “fomentadora de envidia y resentimiento”.
Esta no es la primera acción de Futuro Vegetal; el grupo ha llevado a cabo protestas similares en el pasado, incluyendo una en el Museo del Prado y un ataque a un superyate en Ibiza.
La policía española detuvo a 22 miembros del grupo en enero, incluyendo a los principales dirigentes y a los que participaron en la protesta en el Prado.
