La memoria, una de las funciones más importantes del cerebro, depende en gran medida de nuestros hábitos diarios; aunque muchas veces no lo tengamos en cuenta.
Según la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, existen cuatro comportamientos comunes que dañan tanto la memoria como otras capacidades cognitivas; pero todos pueden corregirse si actuamos a tiempo.
Pasar largas horas frente a la computadora o el televisor no solo afecta al cuerpo, sino también al cerebro, ya que el sedentarismo está relacionado con el adelgazamiento del lóbulo temporal medial, una región clave para la memoria; lo que podría ser un signo temprano de deterioro cognitivo o incluso demencia.
Para contrarrestar este efecto, es fundamental incluir pausas activas y moverse regularmente durante el día.
La falta de interacción social es otro factor que perjudica tanto las emociones como el cerebro, ya que la soledad puede acelerar el deterioro cognitivo; aumentar el riesgo de desarrollar Alzheimer y favorecer la depresión. Mantener relaciones sociales sólidas y buscar oportunidades de conexión con otras personas ayuda a proteger la salud mental y cognitiva.
Hábitos que perjudican tu memoria
Asimismo, el sueño es esencial para la memoria, y dormir menos de siete horas por noche afecta la capacidad para resolver problemas, razonar y retener información. Una rutina relajante antes de dormir, como evitar pantallas electrónicas una hora antes y crear un ambiente adecuado para el descanso, puede mejorar la calidad del sueño de forma significativa.
El estrés crónico, por su parte, tiene efectos devastadores sobre el cerebro, ya que destruye células cerebrales y reduce el tamaño de la corteza prefrontal, la región encargada de la memoria y el aprendizaje.
Incorporar técnicas de relajación como la meditación, ejercicios de respiración profunda o actividades recreativas puede ayudar a mitigar estos daños. Adoptar hábitos saludables, como moverse con frecuencia, fortalecer las relaciones sociales, priorizar un descanso reparador y gestionar el estrés, es clave para preservar y mejorar la memoria a lo largo del tiempo.