En una historia que parece sacada de una película cómica pero es lamentablemente real, un tribunal alemán confirmó la expulsión de un policía por un acto inusual: robar 180 kilos de queso cheddar de un camión accidentado.
Este crimen, valuado en 554 euros, tuvo un destino aún más inesperado: el queso sustraído fue repartido entre colegas, familiares y amigos del oficial.
De acuerdo a EFE, el Tribunal Superior Administrativo de Renania-Palatinado no dudó en su veredicto: cualquier oficial que mancille la reputación de la policía regional con actos delictivos debe enfrentar consecuencias severas.
El protagonista fue un comisario asignado a una base de carretera en el suroeste de Alemania. Estaba encargado de asegurar un camión cargado de queso que había sufrido un accidente.
Policía expulsado por robar Queso Cheddar
Sin embargo, en lugar de cumplir con su deber, utilizó su autoridad para convencer a los trabajadores de limpieza de entregarle nueve enormes paquetes de cheddar, cada uno pesando 20 kilos; amenazándolos con su arma reglamentaria.
Una parte del queso se llevó directamente a la comisaría, mientras que se sospecha que el oficial en cuestión guardó al menos cuatro paquetes para su propio consumo o para regalar a conocidos.
El comisario defendió su acción argumentando que el queso, al haberse dañado su refrigeración, carecía de valor comercial y estaba destinado a ser desechado. A pesar de afirmar que él mismo no disfrutaba del cheddar, decidió aprovechar lo que consideró un desperdicio.
Este suceso, más allá de su tono cómico, resalta la importancia de la ética y la conducta en las fuerzas de seguridad. Los oficiales tienen la responsabilidad de mantener altos estándares de integridad, incluso en situaciones inusuales como esta.
La expulsión del comisario por un acto tan insólito no solo ejemplifica las consecuencias de la mala conducta; sino que también refuerza la confianza del público en las instituciones encargadas de mantener la ley y el orden.
