Con seguridad es una de las atracciones más raras de China y -por qué no- del mundo. Un lugar donde decenas de personas dejadas de lado por la sociedad encontraron refugio. Aquí los que padecen enanismo, todos iguales.
Sin embargo, hay quienes afirman que este lugar incrementa la discriminación y expone mucho más a quienes padecen enanismo.
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El Reino de la Gente Pequeña (Kingdom of the Little People) se encuentra a unos cuarenta kilómetros de la capital de la Provincia de Yunan, China. Este inusual parque turístico ofrece trabajo a cientos de personas de baja talla.
Hay, al menos, 200 trabajadores prestando sus servicios en el lugar. De los cuales ninguno supera el 1,20 metro de altura, el máximo permitido. Es el hogar de aquellos que se sienten discriminados por la sociedad y, al mismo tiempo, una de las mayores atracciones de China.
Miles de turistas del gigante asiático llegan cada año al lugar atraídos por la curiosidad. Fue inaugurado en septiembre del 2009 por Chen Mingjing, un magnate de la industria electrónica y los negocios inmobiliarios.
El Reino del enanismo
El parque temático está sobre las montañas y cuenta con una serie de construcciones en forma de hongos. Estas pequeñas casas de plástico son muy parecidas a las del famoso videojuego de Mario Bros. Los trabajadores no viven allí, los mini hogares son parte del atractivo, junto con los desfiles y bailes, que las personas pequeñas ofrecen a los turistas.
El Reino tiene su propio «Emperador». Vestido de una túnica amarilla, como los antiguos emperadores de la China Imperial, se encarga de dominar una corte de hadas, guerreros, cocineros y monjes. Los clientes están ansiosos de conocer al único soberano del mundo que apenas supera el metro de altura.
El trabajo es simple, entretener con bailes, canciones, competiciones de fuerza, y todo tipo de actos artísticos a los turistas. La mayoría de los visitantes son chinos. Se pasean por el lugar tomando fotos y disfrutan y alientan a los artistas. Muchos se fotografían con los bailarines (buscan al más pequeño) y luego van a tomar el té a las casas con forma de hongo.
Para vivir aquí hay que ser enano, pero existe una regla fundamental: no medir más de un metro y veinte centímetros. Todo es en miniatura. Las mascotas de los trabajadores son perros chihuahuas y papillons. Las casas con forma de hongos son para las fotos, ellos viven en dormitorios compartidos con calefacción y ciertas comodidades básicas.
Controversia en los medios
Los empleados pueden sufrir dos formas de enanismo: enanismo desproporcionado; trastornos genéticos que causan proporciones inusuales en diferentes partes del cuerpo, o enanismo proporcionado; que resulta de una deficiencia hormonal que limita el crecimiento y desarrollo en general.
Hay quienes afirman que este parque temático es una especie de freak show que fomenta la discriminación de los protagonistas y hasta fue comparado con un zoológico humano. Sin embargo, muy pocos de los 200 residentes abandonaron el lugar. La mayoría dicen están felices con el lugar, ya que allí son todos iguales y no hay prejuicios.
Las personas de baja talla que trabajan en el parque provienen de diferentes orígenes. Ganan un salario equivalente a lo que ganaría un graduado universitario en la zona. Ocupan todos los puestos necesarios para que la compañía funcione, desde trabajos contables hasta ejecutivos de ventas y mantenimiento. El lugar es casi una comunidad autosuficiente.
Trabajo, hogar y amor
Las personas que viven en el Reino de los Enanos tienen salario y alojamiento gratuito. Además, la empresa les brinda ropa, comida y cursos de inglés sin costo. Pero por sobre todas las cosas están relajados porque son aceptados. Pueden ser ellos mismos y así, relacionarse libremente.
«Antes de venir aquí, la mayoría de nosotros sufría discriminaciones. En cambio, aquí todos somos iguales y somos respetados. Tenemos nuestra dignidad», afirma Ou Jielin, una antigua vendedora de ropa de 24 años. Pero en el parque no solo encontró empleo, también el amor.
Ou Jielin encontró al hombre de su vida. «Pienso que era nuestro destino. Venimos de lugares diferentes pero vinimos aquí a vivir como en una familia. Todos estamos felices», agrega.
Pi Fasi es otro de los trabajadores. Fue contratado como custodia del «Emperador» y quiere quedarse en el parque hasta jubilarse.
Seguridad y privacidad para personas con enanismo
Las personas con enanismo suelen pasar un mal trago a la hora de encontrar trabajo en China. Xiao Xiao cantaba en bares antes de trabajar en este parque. Lo hacía a cambio de una propina y tenía que soportar que personas en estado de ebriedad le lanzaran botellas o intentaran tocarla. Ahora dejó atrás los abusos y canta en un escenario de verdad con un público que no le falta el respeto.
Las burlas y la agresión que padecen en otros lugares aquí no tienen lugar. Antes de entrar al Reino era difícil encontrar pareja para muchos de ellos. Pero para las personas con enanismo el amor y el sexo también es importante. Hoy los miembros de esta comunidad asisten a los matrimonios de sus vecinos.
La seguridad también es un punto a favor, ellos afirman que las puertas no están cerradas con cerraduras porque no hay crímenes ni delitos en el Reino. Puede que para algunos el Reino de la Gente Pequeña sea un show discriminatorio y de mal gusto, pero quienes viven allí afirman haber encontrado un lugar donde poder ser ellos mismos y vivir con privacidad y respeto.
Por Clarín