A sus 85 años, un abuelito mexicano se ha convertido en todo un ejemplo a seguir para millones de jóvenes en todo el mundo. A pesar de su avanzada edad y en plena pandemia, el padre de cinco hijos consiguió terminar sus estudios universitarios en Ingeniería de Gestión Industrial.
Se trata de Felipe Espinoza, quien después de cuatro años de aprendizaje, se graduó como ingeniero y ahora piensa obtener una maestría. “Yo voy a buscar una chamba, yo creo que me voy a ir a la ciudad de México, y ahí voy a ver cómo le hago”, sostiene Felipe a Televisa.
El abuelito contó que desde los siete años comenzó a trabajar para ayudar a su mamá tras verse obligado a abandonar sus estudios por la muerte de su padre. Cuando se volvió adulto, su prioridad fueron sus cinco hijos; una vez que se hicieron mayores, él decidió retomar sus estudios desde la primaria hasta la universidad.
Felipe asegura que el camino no ha sido sencillo. Desde que comenzó con sus estudios ha recibido todo tipo de críticas. “Que mejor no me digan (nada) y que mejor se pongan a estudiar ellos, para ellos mismos y sus familias y a los jóvenes, que no se les cierre el mundo”, señala.
Para pagar sus estudios universitarios, don Felipe se dedicó a vender cada viernes ajíes y paltas en un mercado de Puebla. “Yo he trabajado también como albañil, de todo, sé también de mecánica porque manejaba; yo nunca me he quedado en la carretera, nunca de los nunca”, agrega.
Abuelito, un ejemplo a seguir
Cuando empezó la pandemia, tuvo que estudiar de manera virtual, y combinarlo con su servicio social en una oficina de Agua de Puebla. “Con anterioridad compré el celular, bien, no sé, pero ahí estoy tecleando, a ver si me da por otro lado, pero ahí voy, también tengo mi computadora. Yo iba con mis amigos y me echaban la mano”, relata.
Michel Lozano, asistente de dirección en Agua de Puebla, explicó que don Felipe fue un buen colaborador. “Estuvo aproximadamente seis meses. Aquí en la sucursal de plaza del sol estuvo cuatro meses, después vino la pandemia y tuvimos que regresarlo a su casita. Él nos apoyaba en capturar información sobre nuestros clientes que recibimos de lunes a viernes”.
Ahora, el adulto mayor está estudiando inglés y se prepara para ingresar a una maestría.
Todo su esfuerzo se lo dedica a su esposa, quien murió hace 20 años. “Yo quisiera seguir estudiando, porque se me da, no me pierdo. No tengo límites, claro que como ya estoy grande, pero pues sigo, si voy, si voy”, le dice a un reportero de Televisa.
“Tengo 85 años y aquí estoy, me siento como dicen los chavos, como navaja de barba”, añade.