¿Revelación divina? Godwin Ugilu Amadou, de 59 años, ejercía como médico hasta hace poco tiempo en el pueblo de Gidan Angalu, en Nigeria, África. El profesional asegura haber perdido la vida y a los dos días, recién recuperó sus signos vitales luego de haber tenido un contacto con una divinidad. “Mi viaje al cielo fue pacífico”; relató a la prensa.
Amadou se enfermó y tomó la sentencia latina “Médico, cúrate a ti mismo”, que en realidad apunta a que el facultativo procure estar bien antes de afrontar su tarea de ayudar a curarse a un paciente.
Y en ese sentido, Amadou trató de quitarse un dolor en las piernas y el pecho que lo agobiaba, seguido de una hinchazón de las extremidades inferiores. Pero nada de lo que puso en práctica funcionó.
Temiendo que muriera, uno de sus hijos lo llevó a un Centro Médico Federal, donde fue asistido durante dos semanas. Sin embargo, a los pocos días Amadou tuvo otra vez dolor en el pecho de mucha mayor potencia. Cuando enfermó gravemente, el hombre de 59 años fue trasladado de urgencias.
«Me permitieron entrar a la ciudad del Cielo»
Tan pronto como los médicos comenzaron a asistirlo, el médico falleció. Los profesionales confirmaron la muerte de su colega, dos días después el cuerpo fue llevado al pueblo para ser velado a cajón abierto. Y sucedió que en medio de la ceremonia fúnebre, el ataúd empezó a temblar y finalmente se cayó al suelo.
Amadou no estaba muerto, sino resucitado. Tras la sorpresa y estupor, contó: “Mi viaje al cielo fue pacífico. Ahora me siento muy confundido acerca de lo que Dios me hizo. Todo lo que puedo recordar ahora es que perdí la memoria cuando estaba enfermo; pero luego la gente se reunió en mi aldea para llorar mi muerte».
«Fue como una nube que se abrió y vi lo que parecía un satélite dorado gigante suspendido en el espacio. No sé si esto es lo que la Biblia llama cielo. Después vi un ángel muy alto, con una hermosa espada y cabello dorado. Detrás de él había otros dos que sostenían folletos y libros con las palabras de Dios. Los tres ángeles parecieron hablar entre ellos y luego me permitieron entrar a la ciudad del Cielo…”, reveló.
Finalmente, el hombre agregó: «Y regresé exitosamente con el valor de predicar el Evangelio el resto de mi vida”.
De: lapatilla.com