Dino, un perro criollo de 12 años, dio la vida por su ama, una paciente de 68 años que sufrió un accidente cerebrovascular. Fue en un hospital de Colombia, un suceso extraordinario que desafía las expectativas médicas.
Miriam Bedoya, quien se encontraba en estado crítico tras sufrir un ACV, logró despertar del coma de manera milagrosa luego de la visita de su fiel compañero canino.
La solicitud de la familia para permitir la visita del can fue respaldada por el médico intensivista Jairo Antonio Pérez, marcando el inicio de una historia que conmueve a todos.
La situación de Miriam era desalentadora: postrada e inmóvil, no mostraba respuesta alguna a estímulos, incluida la presencia de sus seres queridos. Ante la falta de mejoras, la familia propuso la visita de Dino, idea respaldada por el médico Pérez, informa Semana.
«Dio su vida por ella»: Estaba en coma despertó cuando su perro fue a visitarla
Con la colaboración de Natalia Corredor Parra y la guía del padre veterinario de Miriam, se estableció un protocolo meticuloso para garantizar la seguridad de ambos.
Cumpliendo con requisitos como baño, vacunas y ausencia de heridas abiertas, Dino ingresó a la habitación de Miriam. A pesar de la inmovilidad de la paciente, el perrito interactuó de manera conmovedora, saltando sobre la cama y lamiendo a su dueña. La reacción de Miriam fue notable, dejando a todos los presentes absortos ante el impacto de la visita.
La historia, sin embargo, dio un giro inesperado. Después de la visita de Dino, el can experimentó un rápido deterioro en su salud.
María Paula Aristizábal, hija de Miriam, reveló que el perro, en un acto de lealtad extrema, lamió a su dueña cerca de los aparatos que la mantenían con vida, desencadenando el despertar milagroso.
No obstante, el sacrificio de Dino tuvo consecuencias fatales. Al regresar a casa, el perrito mostró signos de debilidad y problemas musculares agudos, siendo encontrado sin vida 52 días después.
María Paula considera que el perro dio su vida para salvar a su madre, asegurando que sigue presente en el hogar a través de señales, como la visita de una mariposa blanca.