Expertos consultados por DailyMail sugieren que la producción y el uso de teléfonos inteligentes pudieron haber contribuido a los mortíferos huracanes que azotaron las costas estadounidenses este año; dejando decenas de muertos.
El director general de la consultora mundial de diseño e innovación RKS Desing, Ravi Sawhney, explica que «cada etapa de la producción de un dispositivo móvil implica un importante consumo de energía y contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero, que a su vez agravan los fenómenos meteorológicos extremos»; como las tormentas tropicales y los huracanes.
Sawhney advierte que, a medida que los teléfonos inteligentes se vuelvan más avanzados y el ecosistema tecnológico siga expandiéndose, «sobrecargarán más los centros de datos» y «requerirán una cantidad considerable de electricidad»; procedente de fuentes de energía no renovables provocando «cambios climáticos más pronunciados» en los próximos años.
Emisiones de carbono por residuos de teléfonos aportan a la creación de huracanes
Según los datos citados por el medio, en la fabricación de cada teléfono inteligente se consumen alrededor de 70 kilos de recursos naturales; cuya extracción y procesamiento se considera una de las mayores fuentes de emisiones de carbono a escala mundial.
En total, los teléfonos generan 580 millones de toneladas de dióxido de carbono al año; casi 100 millones de toneladas más que la industria de la aviación.
Nirav Chheda, director de Bambi NEMT, explica que el uso de teléfonos genera emisiones adicionales; ya que actividades como llamadas, mensajes y carga dependen de electricidad, en su mayoría proveniente de combustibles fósiles.
El desecho de estos dispositivos inteligentes contribuye a la creciente cantidad de residuos electrónicos; que alcanza millones de toneladas anuales.
Según Chheda, muchos materiales tóxicos y difíciles de reciclar en los teléfonos terminan filtrando sustancias dañinas al medio ambiente cuando no se gestionan adecuadamente.