Muchas mujeres han sido engañadas por el llamado «Estafador de Tinder«; cuya historia inspiró un documental en Netflix, figura una argentina de 28 años, que actualmente reside en Alemania.
Se trata de Valeria Calpanchay, en el año 2018 tuvo una cita con Simón Leviev, cuyo nombre real es Shimon Hayut, cuando llevaba poco tiempo en Múnich.
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Tras enterarse del lanzamiento del documental a través de un artículo que leyó en Facebook, Valeria sintió intriga por conocer más detalles de este hombre y recién el 7 de febrero pudo ver la producción en la plataforma de streaming.
Para su sorpresa, inmediatamente reconoció que se trataba de la misma persona con la que había mantenido una cita hace casi 4 años atrás y del cual no mantenía buenos recuerdos. Fue ahí cuando se dio cuenta que todo lo raro que le había parecido en aquella ocasión empezaba a cobrar sentido.
«Tenía una cuenta de Tinder para ese entonces, así que vi a este chico llamado Simón, que parecía lindo y que viajaba mucho. También me encanta viajar, he estado en muchos países, así que pensé que le gustaría que nos encontremos. Tenía curiosidad»; relató Valeria al diario inglés The Mirror.
Primero chatearon a través de Tinder y cuando el estafador de Tinder le pidió su número de WhatsApp inmediatamente le propuso tener un primer encuentro. «Nuestra cita fue muy espontánea y sucedió un día después de que coincidimos. Acababa de terminar el trabajo y me envió un mensaje de texto preguntándome si estaba libre para encontrarnos. Creo que envió un mensaje de voz»; recordó la argentina.
«Los millonarios no muestran su dinero en Tinder»
Desde el principio, a Valeria no le cerraban algunas conductas de Simón, y dudaba de su autenticidad. Creía que ocultaba algo o pretendía ser alguien quien, a fin de cuentas no era. «Los millonarios no muestran su dinero en Tinder, porque no es necesario»; fue su razonamiento.
Intrigada por su comportamiento, decidió aceptar la propuesta y propuso un lugar de encuentro; las inmediaciones de uno de los hoteles más exclusivos de Múnich para estar en sintonía con los gustos sofisticados que Simón parecía tener.
«Cinco minutos después de sentarnos, sugirió que fuéramos a otro lugar porque no le gustaba el menú»; recordó Calpanchay. Después de eso, ella compró cigarrillos en un local, y luego fueron a un shopping, que «parecía caro, donde sí encontraron otro lugar para tomar algo más acorde a las preferencias del farsante».
Valeria calificó a Simón como «un tipo hablador» y destacó que «le gustaba demasiado hablar de sí mismo». Además, notó que quería dar la impresión de que era tipo misterioso y que cuando le preguntó de dónde era, que le contara de su familia y sus orígenes, prefirió evadir la respuesta y cambiar rápidamente de tema.
Valeria tomó la decisión correcta
Lo que más llamó la atención a la joven es que el muchacho tenía dos teléfonos móviles y en medio de la cita recibió un par de llamadas que ella calificó como «extrañas». En esas conversaciones hablaba de trabajo y de transacciones de millones de dólares. «¿Quién habla de dinero delante de un extraño?«; se preguntó mientras lo escuchaba hablar.
Otro detalle qué la hizo dudar de continuar viéndolo es que presumía demasiado de sus relaciones: «Era raro que él hablara de otras chicas, diciendo que siempre le enviaban fotos, incluso me mostró algunas. No me fiaría de alguien que le muestra fotos privadas a otras chicas«.
Si bien a lo largo de la hora que duró la cita, Valeria no percibió nada preocupante, había demasiadas señales de que no era el tipo de hombre que a ella le gustaba. «No estaba segura de si era genuino o no«, reflexionó en diálogo con el medio británico.
No obstante, esa misma noche Simón volvió a contactarla por WhatsApp y le propuso que asistiera a una fiesta en su casa de Múnich, ofrecimiento que ella rechazó cordialmente cuando chatearon.
«Pensé que eras más espontánea», le escribió el estafador, un tanto molesto por haber sido rechazado. La explicación de ella fue sencilla: «Ya era muy tarde y estaba en pijama, así que, por supuesto, no tenía ganas de ir«.
Nunca más volvieron a hablar. A Valeria no le preocupó demasiado y ahora se alegra de haberle hecho caso a sus instintos y haber tomado la decisión correcta.