Aunque usted no lo crea, hace 10 años la revista científica Journal of Sexual Medicine dio a conocer un caso en el que una mujer neerlandesa experimentó orgasmo no deseado originado en su pie.
“En el artículo actual describimos a una paciente que fue remitida para un estudio de diagnóstico y tratamiento de un complejo de síntomas desconocido y peculiar: se quejaba de sensaciones orgásmicas que se originaban espontáneamente en su pie izquierdo”; se lee en el resumen del estudio.
La introducción de la investigación confirma que, “en general, las personas se sienten atraídas por las piernas y los pies bonitos”, y que “el pie es un símbolo erótico apreciado de forma variable”.
El revelador caso de la mujer que tuvo orgasmo en el pie
Cuando la excitación sexual se vuelve dependiente de mirar o acariciar los pies se denomina “fetichismo de pies”. La mujer neerlandesa experimentó los primeros síntomas, luego de que en 2008 le extirparan la vesícula biliar. Sentía una sensación de hormigueo en su pie izquierdo.
Tras consultarle a un especialista comenzó a tomar una dosis diaria de antidepresivos para aliviar sus síntomas.
Inicialmente, los médicos atribuyeron el hormigueo a una forma de daño en los nervios llamada disestesia; que es una afección donde se afecta una zona del cuerpo causando que ciertos estímulos sean desagradables o dolorosos.
Pero luego de pasar un par de días con el medicamento, la mujer empezó a cómo las sensaciones orgásmicas pasaban, con ausencia de líbido y estimulación sexual- de los pies a su vagina y de la vagina a su cabeza en 5 o 6 segundos.
Además, los orgasmos le provocaban lubricación vaginal e incontinencia urinaria.
También se dio cuenta de que si estimulaba la parte izquierda de su vulva, era capaz de experimentar un orgasmo en los pies y viceversa.
La explicación a la que llegaron los profesionales fue la siguiente: el daño de nervios originado pudo haber hecho que su cerebro malinterpretara la información sensorial, confundiendo las entradas sensoriales del pie izquierdo y los genitales.
