La diferencia entre soborno y recompensa en la educación de los hijos

Muchos papás caen en el error de sobornar a los hijos para conseguir objetivos en lugar de recompensar los buenos comportamientos. La línea que separa ambos procedimientos es delgada, pero es crucial saber diferenciarlo para que a la larga no haya problemas reales de comportamiento con los hijos.

Las recompensas sirven como herramientas de disciplina, como algo que motiva a los niños a cambiar su comportamiento rápidamente y porque ellos deciden hacerlo por si mismos. En cambio, el soborno puede empeorar los problemas de comportamiento.

Es muy importante que entiendas la diferencia que separa el soborno de la recompensa para que puedas controlar el comportamiento de tus hijos.

Los sobornos NO educan

Cuando los niños son recompensados antes de que hayan demostrado la capacidad de seguir las reglas y de que ese cambio le haya nacido de dentro, no tendrá la motivación para comportarse adecuadamente.

Un niño que acepta un soborno para comportarse bien en algún momento determinado, después exigirá ese soborno y tendrá rabietas o se negará a comportarse bien hasta conseguir el soborno inicial. Pero esto no es una recompensa por un buen comportamiento, se convierte en una exigencia del pequeño para que tú le des lo que él pide cuándo quiere y cómo quiere hacerlo. Por ejemplo, en una tienda te puede decir «cómprame ese juguete o gritaré fuerte».

Los sobornos además no son adecuados porque no imitan el procedimiento del mundo, por ejemplo, si trabajas tienes sueldo pero si no trabajas no ves dinero. Tienes que demostrar tus tareas antes de ganar el dinero. Dar sobornos a los niños es mostrar un mensaje muy equivocado de la realidad.

Las recompensas SÍ educan

Las recompensas pueden ser un esfuerzo positivo si se utilizan adecuadamente para reforzar el buen comportamiento de los hijos. Una recompensa puede ser una alabanza, palabras bonitas o una recompensa inmediata al comportamiento.

Pero para que las recompensas sean efectivas no deben ser exageradas ni tampoco materialistas, a continuación de ofrezco algunas ideas de recompensas:

Dar al niño un caramelo al salir de la tienda de comestibles por haber estado todo el rato comportándose bien dentro del carro.

Dar permiso a un adolescente el viernes para ir al cine con sus amigos porque hizo la tarea durante toda la semana.

Permitir a tu hijo que esté 15 minutos más jugando a algo que le guste porque hizo sus tareas.
Dejar que tu hijo elija una actividad para hacer en familia porque tuvo un buen informe escolar.

Las recompensas sorpresa por el trabajo bien hecho también son muy eficaces para la modificación de conducta de los pequeños. Por ejemplo si tu hijo se porta muy bien en el parque puedes dejarle 15 minutos más de tiempo extra, así la próxima vez que salgan de paseo seguro que tu hijo se porta estupendamente.